Hace ya tres meses que la nueva edición de 'Supervivientes 2025' empezó. Una nueva tanda de concursantes volaba a Honduras para retarse a sí mismos, traspasar sus límites y vivir una aventura extrema. A medida que pasan las semanas, la experiencia es cada vez más complicada y las fuerzas flaquean.
Los Cayos Cochinos han sido testigos de todo tipo de situaciones a estas alturas. Este domingo en 'Supervivientes: Conexión Honduras', Pelayo se enfrentó a su puente de las emociones, Makoke volvió a ser evacuada de una prueba y Damián Quintero se reunió con su mujer.
Pero hubo cosas que no se vieron. Un claro ejemplo es el tradicional espejo. El último expulsado definitivo siempre se enfrenta a su reflejo tras meses sin verse. En esta ocasión ha sido el turno de Manuel González. La audiencia decidió expulsar al joven, algo que fue recibido con mucho desconcierto. Makoke estaba convencida de que sería ella la que abandonaría el concurso, pero finalmente no fue así. "No me lo creo. Me da mucha pena porque es un pedazo de superviviente y tenía muchas ganas. Gracias", comentaba.
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Por otro lado, el gaditano se mostraba mucho más abatido. "Gracias a todas las personas que han confiado en mí. Lo he intentado hacer lo mejor posible, me he entregado en cuerpo y alma. No tengo rencor con nadie y nos veremos en otra, la vida es así", se despedía.
La preocupación de Manuel
El novio (o exnovio) de Gabriella se ha acercado al espejo con su bañador aún sucio de todas estas semanas en Honduras. "Me habré quedado chupado, todo cabeza...", ha hipotetizado mientras la tela empezaba a subir. Cuando ha podido verse los tobillos, González ha reaccionado a su delgadez. "A ver los tobillos, como un jilguero", ha comentado.
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Luego se ha dado la vuelta, para verse la espalda y el trasero. "Me he quedado sin culo", ha dicho. El joven ha seguido analizándose con detenimiento. Se ha acariciado la barba y el pelo para ver la densidad y ha observado los músculos del abdomen y los brazos.
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Sin embargo, Manuel tenía una gran preocupación. A raíz de lo que le habían dicho sus compañeros, el exconcursante estaba deseando ver una parte muy concreta de su anatomía: sus dientes. "A ver mis dientes. ¿Qué les pasa? Todo el mundo metiéndose con mis dientes", se ha cuestionado mientras se los tocaba.
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Por último, el joven no solo ha valorado su cambio físico, sino quién es. "El cuerpo puede cambiar, pero la patata es la misma. El tío que se ve aquí es el que soy. Seré el mismo toda la vida, mejoraré, pero seré el mismo", ha asegurado. Después de este momento, Manuel ha pasado a la ducha, donde ha disfrutado del agua caliente y de tener un lavabo.
Antes de pasar al gran banquete que le ha ofrecido la organización, Manuel ha recibido una cajita cargada de regalos. Su abuela le ha escrito una carta, su padre le ha mandado una postal y también había una nota que parecía de Gabriella. "Mi amor, solo te pido que te alejes de todos los que te intenten opacar. Tu ya me entiendes", ha leído en voz alta. "Como la quiero", ha respondido el gaditano.
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Es posible que, de ser de Gabriella, esa nota se habría escrito antes del mensaje de ruptura que la joven le habría mandado. La tentadora se lleva enfrentando a rumores de que ha sido infiel a Manuel desde hace un mes. Una situación que la ha dejado totalmente abatida y que la llevaba a dejar al joven mediante un mensaje de texto que Gloria, hermana del exconcursante, revelaba en '¡De Viernes!'.
La audiencia de 'Supervivientes 2025', indignada
A lo largo de todas las ediciones, la audiencia se ha rebelado contra decisiones de la organización y no ha estado de acuerdo con la conducta de algunos concursantes. Algo que se ha repetido en esta edición. Anita y Montoya han protagonizado una de las historias más llamativas de este año. Su amor y desamor han ocupado minutos de directo, así como su forma de saltarse las normas o de hacer trampas.
Es por eso que ante el gesto de Álvaro Muñoz Escassi ha molestado a la audiencia. Tras ganar unas de las pruebas, el jinete ha decidido que Anita, Montoya, Borja y Álex Adróver fueran los compañeros con los que compartir una barbacoa. El motivo de la indignación de los telespectadores es que los concursantes de 'La isla de las tentaciones' ya disfrutaron de una cena privada en la que comieron varios platos. De esta manera, habría sido más justo otorgar esa recompensa a otros compañeros más necesitados.