Una psicóloga advierte sobre Estefanía de Mónaco a los 60 años: "Se ha quitado esa máscara, ya no intenta agradar a nadie. Ha elegido la paz sobre el espectáculo"

A sus 60 años, Estefanía de Mónaco ha decidido dar un paso atrás. Analizamos su gran cambio con la psicóloga Lara Ferreiro

Estefanía de Mónaco
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Cuando hablamos de realeza, pensamos es vestidos de gala, tiaras brillantes y vidas cuidadosamente planificadas con un férreo protocolo a seguir, al menos de cara a la galería. Pero luego está Estefanía de Mónaco (60 años), que desde siempre dejó claro que ese cuento de hadas no iba con ella. La hija pequeña de Grace Kelly eligió algo muy distinto: el de una vida vivida a su manera, sin filtros, sin miedo al qué dirán, y con muchas curvas en el camino.

Al contrario que Carolina o Alberto, que asumieron con naturalidad el peso de los títulos, Estefanía se reveló contra las normas estipuladas y se dedicó a romper moldes. Siempre a la sombra de su hermana mayor, destacó por su carácter fuerte, esa necesidad de libertad y, probablemente, un gran dolor interior. A los 17 años, sufrió uno de los golpes más duros de su vida: un trágico accidente de coche que acabó con la vida de su madre. A partir de entonces, no volvió a ser la misma.

Estefanía de Mónaco
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En lugar de convertirse en la típica princesa de postal, Estefanía probó suerte como modelo, diseñadora, cantante y hasta empresaria. Salió con guardaespaldas, acróbatas y artistas de circo. Vivió amores intensos y relaciones que acabaron con la paciencia de su padre e hicieron tambalear la estabilidad del Principado. Su estilo, siempre relajado y algo salvaje, contrastaba con el lujo y la sofisticación de los bailes de gala y las fotos cuidadosamente posadas de la familia real.

Con el paso de los años, y sin hacer ruido, Estefanía fue encontrando su lugar en el mundo, lejos de los flashes y del protocolo. Se involucró en causas sociales y eligió llevar una vida mucho más tranquila, fuera del foco mediático y de las obligaciones reales. No es que reniegue completamente de su título, pero sí de todo lo que implica vivir dentro de esa burbuja tan exigente.

Hoy, Estefanía de Mónaco es un ejemplo de cómo una princesa puede elegir no ser princesa en el sentido tradicional de la palabra. Y eso, aunque en su momento escandalizó a muchos, terminó convirtiéndola en una figura admirada por su autenticidad. Porque en un mundo guionizado, ella eligió improvisar.

Estefanía de Mónaco
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La relación de Estefanía con sus hermanos

Hablamos con la psicóloga, Lara Ferreiro, sobre la vida de Estefanía ahora que ha cumplido 60 años y tiene intención de retirarse. "Siento que he dado suficiente y, sobre todo, he dicho todo lo que tenía que decir (...) De ahora en adelante, espero con ilusión algo más. Es hora de mi jubilación. Me lo merezco. ¡Les toca a mis hijos tomar el relevo!", anunciaba en una reciente entrevista para Vanity Fair. 

Ferreiro nos cuenta que desde que era una niña Estefanía puede arrastrar el 'Síndrome de la secundona'. "Carolina era la hija perfecta, elegante, culta, discreta, admirada por su inteligencia y, en cambio, ella era la niña rebelde, inquieta... Es exactamente lo contrario a su hermana y eso provoca un modelo de rivalidad por diferenciación". Aunque nunca se ha confirmado, son muchos los que aseguran que no mantienen una buena relación. "Creo que Estefanía se ha sentido juzgada por su hermana y en la psicología familiar es lo que se llama el conflicto congelador. No hay una guerra abierta, pero no hay un vínculo estrecho (...) Ya no compiten, ya no luchan, simplemente cada una convive en su papel". 

Carolina y Estefanía
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Diferente ha sido su relación con Alberto de Mónaco. La psicóloga define al soberano como ese "hermano protector". Aunque nunca llegó a entenderla del todo, "hay una base de afecto genuino, una mezcla de cariño y preocupación por su hermana". 

El llamativo vínculo de Estefanía y Charlene

Pero si hay algo que llama la atención es la complicidad que existe entre Estefanía y Charlene. La autora del libro: '¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta', define esta alianza por mera supervivencia. "Las dos ovejas negras. Ambas han sido muy desgraciadas en el Principado y están atrapadas en ese rol público, devoradas por su imagen pública (...) Estefanía es para Charlene esa figura de empatía, de libertad, de comprensión", asegura.

Estefanía de Mónaco
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Estefanía de Mónaco y el amor 

En su análisis, la psicóloga ha hecho hincapié en la búsqueda constante del amor en Estefanía: "Ha buscado desesperadamente que la quieran en relaciones que siempre han estado abocadas al fracaso". "Creo que es una mujer muy dependiente emocionalmente y con los hombres ha sido intensa y caótica", nos cuenta. A lo largo de su vida ha tenido relaciones con guardaespaldas, domadores de circo, artistas... un patrón muy claro de mujer dependiente que puede acabar en relaciones tóxicas", advierte. 

Estefanía de Mónaco como madre y abuela

Estefanía cumplió su sueño de ser madre, formar su propia familia transformando el amor por sus parejas por un amor incondicional hacia Louis, Pauline y Camile. "Su faceta como madre y abuela es el vínculo más reparador de su vida. Ahí encontró la plenitud", afirma la experta. De hecho, es ahora, a los 60 años, y después de haberse convertido en abuela por segunda vez "cuando ha conseguido sanar sus heridas a través del amor hacia sus hijos". Respecto a su papel como madre, Lara Ferreiro la define como "protectora, aunque también permisiva y cercana".

Estefanía de Mónaco
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Sea como fuere, lo que es evidente es que Estefanía se encuentra en un momento de liberación absoluto. "En el pasado su mayor enemigo ha sido ella misma y esa necesidad de afirmación pero a día de hoy tiene un deseo: vivir desde el amor y la libertad. Se ha quitado esa máscara, ya no intenta agradar a nadie, es simplemente ella", revela la psicóloga. A diferencia de su hermana, ella "no quiere ningún tipo de protagonismo. Su vulnerabilidad se ha convertido en fortaleza. Ha sabido transformar todo el dolor y ha entendido a cada uno de sus hermanos con su propio rol. Ha luchado por ser libre y ha elegido la paz sobre el espectáculo", sentencia.