Un experto en imagen advierte sobre Gisela en 'Tu cara me suena': "Ha dejado de ser 'la chica de Disney' para convertirse en una mujer artista en el pleno sentido del término"

Hablamos con Pau Sabaté, experto en imagen y marca personal, sobre la reaparición televisiva de Gisela en 'Tu cara me suena'

Lorena López
Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

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Gisela Lladó (46 años) ha vuelto a ponerse frente a las cámaras. Viernes tras viernes, deleita a los espectadores de 'Tu cara me suena' con imitaciones que han dejado al jurado sin palabras en más de una ocasión. Esta noche se atreve a ponerse en la piel de Lola Índigo al ritmo de 'La reina'. No solo está participando en la duodécima edición del concurso, también está aprovechando esta plataforma como pocas veces se ha visto. "Está reformulando, con inteligencia y sensibilidad, su lugar dentro del panorama artístico español".

En Lecturas, hemos aprovechado su paso por 'Tu cara me suena’ para hacer un análisis de la evolución que está experimentando la aritsta. Para ello, hablamos con Pau Sabaté, experto en imagen y marca personal.

"Muchos la recuerdan como “la voz de cristal” de Operación Triunfo 1, aquella joven dulce y disciplinada que enamoró al público. Sin embargo, lo que estamos viendo ahora es algo más interesante que una simple imitación semanal: Gisela está escribiendo, con cada actuación, una nueva narrativa profesional que mezcla pasado, presente y proyección de futuro con una autenticidad muy efectiva", analiza Pau Sabaté.

Gisela ha estado asociada, durante muchos años, a un estilo musical concreto. "Todo en su perfil remitía a una estética amable, cuidada, sin estridencias. Y funcionaba. Fue su seña de identidad durante mucho tiempo. Sin embargo, esa etiqueta también limitaba ciertas oportunidades. Gisela siempre ha sido mucho más que una voz melódica, y en 'Tu cara me suena 12' está encontrando, por fin, el espacio para demostrarlo con libertad", añade.

Una de sus actuaciones más comentadas, al menos hasta el momento, ha sido la que la llevó a interpretar Son of a Preacher Man, de Dusty Springfield. "Fue una actuación medida, elegante, potente en lo vocal y en lo gestual", apunta. Sin embargo, la verdadera sorpresa llegó cuando decidió transformarse en Nathy Peluso con la canción Salvaje. "Ahí vimos a una Gisela inesperada: atrevida, física, dispuesta a romper con cualquier expectativa", comenta.

"Esa actuación no solo desafió su registro habitual, también mostró una artista con hambre, con inquietud, con ganas de explorar facetas que quizás muchos no sabían que tenía. Y eso, es clave: demostrar que uno no se encasilla, que sigue creciendo, que no vive de lo que fue sino de lo que construye hoy", añade.

La nueva etapa vital de Gisela

Para Pau Sabaté, esta apertura hacia nuevas formas de expresarse está directamente conectada con su momento vital: "Gisela ha sido madre recientemente y ha compartido con mucha honestidad, lo que significa compaginar la maternidad con una carrera artística que exige tiempo y energía. Sus declaraciones, siempre mesuradas pero claras, reflejan una realidad que muchas mujeres conocen bien: la dificultad de mantener el ritmo profesional cuando se es madre reciente".

Gisela, lejos de ocultar su realidad, ha compartido su cansancio y ha hablado de su día a día junto a su hijo. "Pero nunca desde la autocompasión, sino desde la convicción de que su vida ha cambiado, y con ella su forma de estar en el mundo. Esta dimensión tan humana, ha calado en el público, sobre todo en el femenino. Porque hay algo muy poderoso en ver a una mujer que ha sido madre no renunciar a su profesión, sino todo lo contrario: volver al primer plano con más más matices y, sobre todo, con un discurso más real", asegura.

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Operación Triunfo 1, muy presente en su concurso

Su participación en el programa ha reactivado otro elemento clave en su trayectoria: la conexión emocional con Operación Triunfo 1, y en particular con Chenoa. "La presencia de esta última como jurado ha dado lugar a momentos de complicidad que han emocionado a muchos seguidores del mítico talent", reflexiona. "Las miradas cómplices, las bromas privadas, las anécdotas que remiten a los años de la Academia... Todo eso no es simplemente nostalgia. Es memoria compartida. Y Gisela ha sabido canalizar ese vínculo no desde la repetición del pasado, sino desde la madurez de quien entiende que el recuerdo, si se utiliza bien, puede reforzar el presente", insiste el experto en imagen y marca personal.

Gisela y Chenoa se conocen desde hace décadas. "Queda claro que entre ambas sigue existiendo una relación auténtica, de confianza y respeto. Y eso tiene un valor enorme: refuerza la imagen de Gisela como alguien que no olvida de dónde viene, que mantiene vínculos reales y que no necesita polémicas forzadas para generar conversación y cercanía", apunta.

El futuro profesional de Gisela, después de 'Tu cara me suena'

Lo más interesante para Pau Sabaté, experto en imagen y marca personal, es lo que puede venir después. "'Tu cara me suena' está siendo, claramente, una palanca de visibilidad, pero Gisela tiene en sus manos la oportunidad de consolidar este momento con decisiones estratégicas que vayan más allá del programa. Su capacidad de adaptación y al mismo tiempo, este nuevo vínculo emocional con el público puede servir de base para lanzar contenido propio: un proyecto discográfico que recopile las versiones más significativas que ha interpretado, o incluso un formato audiovisual (podcast, documental, docuserie) donde comparta su experiencia como artista y madre, sin imposturas, con la misma naturalidad que ha mostrado estos meses", comenta.

Gisela está protagonizando "una etapa que va mucho más allá del
entretenimiento semanal". "Está demostrando que reinventarse no significa empezar de
cero
, sino añadir nuevas capas a lo que ya se es", asegura.

"Con cada actuación, con cada palabra fuera de cámaras, con cada pequeño gesto,
Gisela está consolidando una imagen pública más completa, más rica y, sobre todo, más
cercana a quien realmente es. Ha dejado de ser “la chica de Disney” para convertirse en
una mujer artista en el pleno sentido del término: alguien que no solo canta, sino que
cuenta
. Que no solo emociona, sino que inspira", concluye.