El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, capitaneado por Elma Saiz, ha dado marcha atrás en una de las medidas que planteaba activar la segunda Secretaría de Estado de esta cartera del Gobierno.
Han sido muchos los giros planteados en la evolución de las bajas laborales, sobre todo con la posible llegada, en un futuro más o menos próximo, de la incorporación gradual, cuando un empleado está a la espera de recibir el alta, planteando una posibilidad previa al regreso total al puesto de trabajo.
Hay una división de opiniones, porque aunque se plantea como un apoyo a los trabajadores, hay quien cuestiona que esto pueda traer consigo una presión añadida para que quienes estén de baja por motivos de salud vuelvan cuanto antes a realizar sus funciones.
La Seguridad Social ha paralizado dicha medida, al menos por el momento. No cuentan con el apoyo de los agentes y hay quienes critican también el propio concepto de "alta médica progresiva". La polémica está servida, pero por el momento se mantiene el escenario actual hasta nueva orden.
Incorporación gradual tras la baja
El alta médica progresiva tiene como objetivo que los trabajadores que estén en una situación de baja por motivos de salud, puedan reincorporarse de forma gradual, sin que eso suponga un impacto severo y en función de lo que consideren los facultativos que le traten.
Aunque se trata de una medida que plantea una explicación sencilla, no cuenta con el apoyo de los agentes sociales. El Gobierno explicaba ya en el mes de octubre de 2024 cuáles eran las motivaciones para implantar un modelo de "baja flexible", con el objetivo de que sean los empleados los que puedan ubicarse en ese escenario intermedio.
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones explicaba entonces que primaría, sobre todas las cosas, "la voluntariedad y la garantía de la salud". Era, así, una posibilidad a la que podía adherirse una persona que atraviesa un tratamiento contra el cáncer o quienes se encuentran en una situación de pluriactividad.
En esos casos mencionados anteriormente, el trabajador podría decidir voluntariamente estar presente en la forma que lo considere prudente o le permita incorporarse en las actividades que no supongan un peligro para su salud, siempre con supervisión médica.
Propuesta arriesgada y costosa
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones advertía al hablar de su plan de implantar una baja flexible que el proyecto se encontraba aún en una "fase muy inicial". Es importante contar con el apoyo de los distintos agentes y hay dudas en la patronal y los sindicatos.
Por un lado, se ve cierto riesgo en el hecho de que pueda haber cierta presión a la hora de que algunos trabajadores vuelvan antes de tiempo a sus puestos, aún sin que haya terminado su proceso de recuperación.
Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones
Además, consideran que la medida puede suponer un coste añadido, ya que las personas que accedan a una incorporación gradual pueden estar en un limbo, entre la baja y el alta médica. De esta forma, las empresas tendrían que asumir la cotización social y eso puede incurrir en un aumento en los costes.
El horizonte de las nuevas medidas
Todavía no hay apoyo del diálogo social. Es necesario que haya cierto acuerdo para que las nuevas medidas se puedan implantar y aunque la ministra Elma Saiz hablaba de finales de 2025, el horizonte no está claro y hay que esperar.
La incorporación gradual está diseñada para las bajas que se puedan prolongar más allá de los 90 días y está pensada también para situaciones o casos concretos. Se impulsaría en el contexto de algunas enfermedades, en caso de que los agentes sociales puedan dar luz verde y se pueda llevar a cabo antes de que termine el año.