¡Suspense! ¡El jueves sabremos si la casa real va con los tiempos o sigue anclada en un pasado rancio y casposo! Porque ese día se celebra el funeral por el alma del pintor Paco Carvajal en la iglesia de santa Bárbara de Madrid y se espera que don Juan Carlos acuda a despedir al nieto del que fue su preceptor, el conde de Fontanar, a cuya mujer llamaba “mamá”. Y le dé el pésame a su viudo, el fotógrafo colombiano César Escobar. Que hoy es ya conde viudo de Fontanar, aunque no le otorgaran este tratamiento en la esquela que la familia publicó en el tradicional ABC, donde sí se señaló que era “su viudo”. Consulto a un experto en protocolo y me confirma que tan solo se han dado dos casos de viudos homosexuales con derecho a título en la aristocracia española: éste y el de Lilian Dhalman, casada con Isabel Álvarez de Toledo in articulo mortis, que hoy ostenta la dignidad de duquesa viuda de Medina Sidonia.

¡Mucha agua bajo el puente ha pasado desde que don Juan de Borbón se quejaba de que Franco lo trataba como si fuera “un maricón con purgaciones”! Fue don Juan precisamente quien encargó a su consejero el conde de Fontanar, abuelo de Paco, un informe sobre un don Juanito de 14 años. El insobornable conde fue bastante duro, porque aunque reconoce que el príncipe es recto y generoso y trata con afabilidad a las personas inferiores, “es indisciplinado, no muestra interés por la cultura, ni siquiera lee la prensa diaria, es desatento, egoísta y superficial y hace falta imbuirle un mayor sentido de la obligación”. ¡No sé yo si su majestad ha cambiado tanto!