La segunda mujer de moda de la semana es Ivonne Reyes. Cuesta pensar que la simpática venezolana que todos conocemos se haya trasmutado en la inquietante manipuladora ahora puesta al descubierto. Y aunque Pepe Navarro no sea ni de lejos tan encantador como ella, no merece haber pasado este calvario.
Llamo a un viejo amigo de profesión y nos ponemos a hacer quinielas: “En esa época Ivonne estaba con… ya sabes, el señor de Burgos”. Arguyo que, si tenía mucho dinero, bien hubiera podido adjudicarle el hijo. Y mi amigo aclara: “Estaba ya arruinado”. Y quizás ahí está el quid de la cuestión, que diría Sherlock.