José Elías, empresario y experto en finanzas: "Hoy en día, si ganas 1.500 o 2.000 euros, pues tienes que resignarte a lo que hay, que es llegar a final de mes muy apurado y privándote de muchas cosas"

El gurú de las finanzas tiene claro cómo será el futurible escenario laboral y divide a la población trabajadora en dos grupos muy difierentes

Pablo Casal
Pablo Casal

Coordinador digital de Lecturas

José Elías
Youtube José Elías

"Cuando seas padre, comerás huevos", escuchamos durante décadas en una generación, la de los 'millennials', que se ha enfrentado a grandes crisis y retos mientras lucha porque convivan el espíritu de la juventud y el crecimiento personal y profesional de la edad adulta.

La realidad es bien distinta a la que nos venían en aquellos años en los que se nos prometía que podríamos ganar mucho dinero si nos esforzábamos en el colegio, el instituto y durante nuestra etapa universitaria para poder tener mejores empleos.

Es cierto que depende mucho del sector y aquí también aplica la ley de la oferta y la demanda, pero lo que sí hemos aprendido es que confluyen demasiados factores a la hora de influir en la nómina y la cantidad que percibimos mes a mes por nuestro trabajo.

El empresario y experto en finanzas José Elías (50 años) tiene clara cuál es su reflexión al observar el mercado laboral y lo que prevé que ocurrirá en las próximas décadas. Observa dos grupos claramente diferenciados y considera que aquellos que hayan invertido más esfuerzo a la hora de estudiar, podrán tener un trabajo menos duro, pero en el que se gane también menos dinero.

Los trabajos manuales

El dueño de 'La Sirena'ha compartido en uno de los podcasts en los que ha participado una reflexión que puede resultar impactante, pero que responde claramente a una realidad de la que cada vez somos más conscientes cuando analizamos el mercado laboral del presente y el futuro próximo.

"Los trabajos manuales los hará la gente que seguramente no tenga estudios, muchos de ellos, pero que se ganarán muy bien la vida. No tengo ninguna duda", expone José Elías, que al otro lado coloca a los que hayan optado por una formación más extensa o especializada.

En ese sentido, continúa, "los trabajos de estudios serán menos cansados, pero te ganarás menos la vida". "Habrá mucha más gente que quiera ser arquitecto y hoy en día ser arquitecto o ingeniero ya no aporta nada. Hay muchísimos. Hoy en día lo que aporta es ser electricista o mecánico de coches", sostiene el empresario.

La paradoja laboral

Se puede considerar como una paradojasi nos quedamos en ese paradigma de los años 90, pero la teoría ha evolucionado y, de hecho, si acudimos a la práctica y observamos ejemplos cercanos, se entiende a la perfección.

Rutina trabajo
CANVA

José Elías se pregunta, además, "qué pasará con los mecánicos de coches", ya que "llegará un momento que habrá una grúa que cambiará pieza por pieza y ya está". Habrá que aportar, en ese sentido, un valor añadido y diferencial para sumar dentro del nuevo escenario de revolución.

La nueva pobreza

En este nuevo escenario en el que nos movemos, ha cambiado también la división de clases y hay críticas también cuando se habla de una pobreza que no está tan ligada a no tener recursos económicos, sino a tenerlos por debajo del nivel de vida en el lugar en el que reside.

Con esto,el gurú de las finanzas cree que "no nos tenemos que engañar" y "la gente tiene que entender que no trabajar implicará cobrar menos". "En una sociedad donde no haya una diferencia, cobrar menos significará ser pobre", reflexiona José Elías.

Looks teletrabajo

Resulta cada vez más común hablar con personas que buscan alternativas o participan activamente fuera de su trabajo diario en otras tareas que les reportan algún ingreso extra, para completar el salario que perciben por su empleo principal.

"Hoy en día, si ganas 1.500 o 2.000 euros, pues tienes que resignarte a lo que hay, que es llegar a final de mes muy apurado y privándote de muchas cosas", persiste en su análisis el empresario.

El valor añadido y perdido

José Elías habla también de algo que, con el tiempo, se ha ido perdiendo al encontrar la posibilidad de sustituir ciertos materiales o procesos de cara a hacerlos más simples y facilitar que todos podamos realizar ciertas tareas de una forma "casera", por así decirlo.

"Mi padre soldaba plomo. Fabricar un sifón de plomo antiguamente se hacía manualmente. Ellos tenían un tubo e iban calentando el plomo y le ponían la rosquita de abajo y era una odisea", recuerda el empresario sobre la manera de llevar a cabo la implantación de ese material en los lavabos en el pasado.

En ese momento, continúa rememorando, subían con el rollo y ahora, "los desagües hoy en día no ponen ni pegamento, porque se hacen sistemas que garanticen que cualquier persona lo pueda hacer y quede igual siempre".

Con todo y con eso, considera que "no hay un valor añadido". Se ha perdido cierta magia, mientras es posible un 'modus operandi' más universal y accesible, lejos de la artesanía compleja de hace unas décadas.