Queremos ver los modelitos que lleva la reina y escudriñamos sus menores gestos para criticar o alabar, intentando descifrar cómo es, y todos tenemos una idea sobre ella. Sí, pero…

No nos hemos dado cuenta de que el misterio es usted. ¡Usted es el gran desconocido! No sabemos nada de su vida privada, quiénes son sus amigos, sus aficiones, ni siquiera su equipo de verdad. Nunca le hemos oído unas palabras improvisadas, y, desde que un periodista le preguntó: “Ya ha jurado como Príncipe de Asturias, ¿cuáles serán sus tareas a partir de ahora?”, y usted contestó: “No sé”, no ha vuelto a conceder una entrevista. Hágalo, Felipe, estoy segura de que ganará puntos y dejaremos de poner el foco sobre su mujer, que tan harta está de todo esto –perdone que no le dé el tratamiento que le corresponde, pero hoy estoy espesa.