No es casualidad que las tres últimas ocasiones en las que la infanta Cristina ha aparecido junto a la familia real haya sido en tres funerales. Estuvo en el de Carlos de Borbón-Dos Sicilias, en el de Alicia de Borbón-Parma (madre del anterior) y ahora ha estado presente en la misa con la que se ha conmemorado el 25º aniversario de la muerte de su abuelo, Juan de Borbón, conde de Barcelona. La hija proscrita no es la hija pródiga ya que, a pesar de su presencia en la basílica de El Escorial, sobre ella aún pesa la orden de alejamiento institucional dictada por su hermano, el rey Felipe, quien, no debemos olvidar, despojó a su hermana del ducado de Palma. La situación, en estos momentos, de la hermana del Rey es complicada dado que, en las próximas semanas se conocerá la decisión del Tribunal Supremo que rebajará, mantendrá o subirá la condena de seis años y tres meses que la Audiencia de Palma impuso a su marido, Iñaki Urdangarin. Que todas las veces que la hemos visto en público haya sido de vestida de luto es toda una parábola, pero, al menos y a pesar de todo lo que les ha hecho padecer, ha quedado claro que sigue contando con el apoyo de sus padres y que, algún día, también recobrará la relación con su hermano.

Elena y Cristina

Cristina apareció sonriente, y recién salida de la peluquería, en compañía de su prima y amiga del alma, la princesa Alexia de Grecia. Tienen mucho en común, no solo vivieron juntas varios años en Barcelona, sino que Alexia, al igual que Cristina, se casó con joven sin fortuna: Carlos Morales, un arquitecto canario amante de la vela que había conocido cuando ella misma participaba, junto a Cristina, en competiciones de vela. Carlos Morales también sufrió un proceso judicial cuando se le relacionó con una trama corrupta en la que estaban implicados algunos políticos de Lanzarote. Al final, Carlos quedó absuelto como absuelta fue su prima, la infanta Cristina.

Volvamos a la misa por don Juan. Cristina de Borbón ocupó un puesto junto a su hermana, Elena, y su tía Margarita, tres de las cinco infantas existentes en la actualidad. La mayor de todas, Pilar de Borbón no asistió a la misa ofrecida en memoria de su padre y como tampoco estuvo presente en la imposición del Toisón de Oro a la princesa Leonor, cabe suponer que quizá no está muy bien de salud. La más pequeña de las infantas, Sofía de Borbón, tampoco acudió a la misa como tampoco lo hizo su hermana, Leonor; sus padres no quisieron que perdieran colegio pero su presencia en El Escorial tenía también un carácter simbólico, ya que ellas son el último, de momento, eslabón de una cadena en la que don Juan de Borbón fue eslabón destacado, tres generaciones atrás.

Letizia y Felipe

Juan de Borbón y Battenberg, padre de Juan Carlos y abuelo de Felipe, murió hace 25 años. Fue hijo de rey y padre de rey, pero nunca rey. Aún así está enterrado como rey en el panteón de reyes de El Escorial y en su sarcófrago está grabado el nombre de Juan III. Todo esto, lo sé parece un poco antiguo, pero lo cierto es que la monarquía se basa en la continuidad y en la herencia por eso no hubiera estado mal que la princesa Leonor cuyo destino, en principio, es ocupar el trono al que su bisabuelo no pudo acceder, hubiera estado presente en una ceremonia de alto valor simbólico. Su ausencia no se compensa con la presencia de su tía Cristina, con quien por cierto, tampoco tiene relación alguna.