Henar Ortiz, tía de mi Reina Letizia, ha ido a ‘Hable con ellas’. No sé lo que ha dicho pero para el caso es lo mismo: Henar debería desaparecer del panorama mediático, enclaustrarse en un monasterio de Castilla y León y desaparecer de nuestras vidas. Por nuestro bien y, fundamentalmente, por el de su sobrina. En realidad Henar desearía haber sido Letizia, una reina, pero la historia le ha reservado el papel de bruja. Bastante difícil es el rol de Letizia como para encima tener que aguantar a personajes tan sinsustanciales como su tía. El hábitat natural de Henar Ortiz es un programa de José Luis Moreno, un lugar en el que aun dándote tratamiento de princesa no pasas de ser una vulgar calabaza. Escribo estas profundas reflexiones en Santa Mónica, donde he venido a pasar al fin de semana. He hecho, claro está, lo que hacen todos los turistas: cogerse una bici y llegar hasta Venice. Y subirme en la noria y en la naïf montaña rusa de ese parque que ha salido en todas las películas. Y disfrutar porque todavía me quedan días antes de enfrentarme a los últimos vaivenes existenciales de Alberto Isla.