No sabría decir qué es lo peor de esta chica: hay demasiado dónde elegir. Si en un principio puede causar cierta gracia su pintoresca pinta y su extravagante vocabulario, la gracia se convierte en espanto cuando la muchacha comienza a mostrar su esperpéntica personalidad. Quizás Ylenia se haga ahora gracia a sí misma. Puede también que haya gente a su alrededor que jalee sus desequilibrados comportamientos porque los consideren propios de una diva máxima. Pero no. Para ser diva hay que estudiar. Tener curiosidad por el mundo que te rodea. Leer. Pensar. Interesarte por el arte, por la cultura. Ylenia no es así.  El interés de Ylenia hacia el mundo se acaba allá donde terminan sus extensiones. Es un pozo sin fondo de mala educación, arrogancia e incultura.

 

Como elemento folclórico dentro de un reality show sirve para dar color pero todavía desconozco qué utilidad puede tener una personalidad tan absolutamente retrógrada y viejuna en una sociedad moderna. Porque aunque ella no lo sepa, ser moderna no es beber copas, teñirse el pelo de rubio y soltar tacos cada dos por tres. Ser moderno es justamente lo que ella no es y predica. Es, entre otras cosas, entender la libertad de una manera universal y no como un artefacto similar a un tubo de laca que usas en beneficio propio.