Aparición sorpresa de la hija de Rocío Carrasco y Antonio David Flores en el plató de ‘Supervivientes’ para recibir a su tía, Gloria Camila. Antes de que esta apareciera en el plató, Rocío Flores ya estaba muy nerviosa. Al borde de la lágrima. Muy emocionada por recibir a su tía y muy inquieta por la preguntas que podía hacerle “el señor”. Sí, el señor soy yo. Así se refería a mí, y todavía no sé si me hace gracia o me dan ganas de tirarme por un viaducto cualquiera.

Fue emocionante el abrazo que se dieron Gloria Camila y su padre, sí, pero creo que despertó más interés la presencia de Rocío Flores. Escapó tras darle un abrazo muy sentido a su tío y a mí me salió del alma ir a buscarla para al menos hacerle tres preguntas.

Me hacía gracia porque la chica me apretaba la mano mientras hablábamos única y exclusivamente sobre la participación de Gloria en el concurso. Supongo que temía que se deslizara alguna referencia a la complicada relación que mantiene con su madre, pero no era el lugar ni el momento.

Al acabar, coincidí con ella en los pasillos y bromeamos sobre su presencia en el plató: “Perdona si te apretaba mucho la mano, es que soy muy tímida”. “Yo también”, reconocí. “No me lo creo”, respondió ella. Y así estuvimos unos instantes hasta que le propuse participar en ‘Supervivientes’ el año que viene. “Primero tengo que acabar mis estudios”, fue su respuesta. O sea, que no me dio un “no” rotundo.

Lo que me extrañó es que bajo ningún concepto quisiera desvelarme qué estudios estaba cursando. “¿Periodismo, quizás?”. “Ni loca”, respondió ella. Creí entender que le gustaría más algo relacionado con la criminología o el mundo forense, pero no soy capaz de afinar más porque ya nos habíamos despedido y hablábamos casi a voz en grito.

En cuanto a Gloria Camila, señalar que ha sido una concursante brillante. Entregada y generosa con el ‘reality’ no ha dudado en abrirse en canal aunque supiera que ni el fondo ni la forma le acompañaban. Concursantes así son los que dan brillo a un programa de estas características. Luchadores, participativos y poco impostados.

En plató tiene fuerza y resulta creíble. Si se decide a hablar auguramos malos tiempos para Rocío Carrasco porque la cría tiene garra y pocos filtros.