Actualizado a
Hoy cumplo cuarenta y cinco años. Me quedarán cinco para los cincuenta. Quince para los sesenta. En septiembre hará veinte que vivo en Madrid. Qué vértigo. De todo empieza a hacer muchos años. Cuando era pequeño no me gustaba cumplir años en verano porque no podía hacer fiesta de cumpleaños: mis compañeros del colegio estaban fuera de la ciudad, de vacaciones. Creo que sólo celebré una vez un santo y pasé los días previos muy mal ante el temor de que no viniera nadie a la fiesta. Tampoco creo que haga nada especial este año. Quizás logre convencer a Juan Carlos Rubio –el director de 'Iba en serio'– para que me libre ese día de los ensayos, pero no sé yo si va a estar por la labor. Cuarenta y cinco años. Empiezan a parecerme muchos. Cuando yo tenía veinte años los hombres de esa edad me parecían mayorcísimos, no entendía que estuvieran en una discoteca los sábados por la noche. Sin embargo ahora pienso que si no estuviera con P. me pasaría los fines de semana de discoteca en discoteca, creyendo ser joven, esperando que alguno de veinticinco depositara en mí una de esas miradas de deseo que te quitan quince años de golpe. Reflexión: se es joven mientras sigues despertando pasiones. Vargas Llosa, con casi ochenta, lo ha conseguido. Felicidades, entonces. Me quedan todavía muchos años de esplendor.