Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

"He soñado que tenía un rollo con David Bisbal y me quedaba asombrado por la forma de sus pezones"

Grabo con David Bisbal un caso de 'Hay una cosa que te quiero decir' que se emitirá el sábado 15 de febrero.

Pese a que se ha convertido en  un ídolo de masas, David no ha adquirido esas absurdas maneras que caracterizan a los divos lowcost. Tiene los pies en el suelo, sigue siendo cercano y se presta a participar en todos los juegos que se le proponen en el plató. Al acabar la grabación coincidimos en el pasillo y charlamos un rato. “Jorge, ¿los colaboradores de ‘Sálvame’ son así también fuera del plató?”. No existe maldad en su duda, intuyo que  sólo desea saber si son tan intensos las veinticuatro horas del día. Le pregunto si tiene novia y al responderme que no, pero que le gustaría mucho, le pongo mis manos sobre sus hombros y en plan tan  abuelo cebolleta que me sorprendo a mí mismo le digo: “David, mírame a los ojos. Eres muy joven, treinta y cuatro años, no te empeñes en sentar la cabeza. Disfruta, pásatelo bien,  no tengas una relación fija, ya tendrás tiempo, que todo esto pasa muy rápido”.  Bisbal sonríe, me guiña un ojo y contesta: “Ahora me voy a Argentina. ¡Seguiré allá tu consejo”. A la mañana siguiente me despierto inquieto. He soñado que tenía un rollo con David Bisbal y me quedaba asombrado por la forma de sus pezones: tenían la forma de los templos birmanos que visité a principios de año. Para que os hagáis una idea, adjunto fotografía de uno de ellos –el de la moto soy yo, otro día contaré mi relación con esos aparatos- y de los curiosos geles que P. fue robando en los diversos hoteles por los que pasábamos y cuyos tapones tanto se asemejaban a esa parte tan determinada de la anatomía de Bisbal. Por la mañana le cuento a  P. mi sueño y se rebota. Qué fácil es ser comprensivo de boquilla.

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