Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier en Massumeh

Cosas que pueden suceder en Massumeh

Cuando era jovencito, me hacía gracia ver cómo en las revistas del corazón actrices como Lola Herrera o celebrities como la Preysler hablaban de las bondades de las cremas de Massumeh. Estamos hablando de hace casi treinta años y las Massumeh
–Massi y su hija Nasrin– siguen en la brecha.
En los ochenta, atendían a la jet marbellí –en especial a las familias reales árabes–, y en los noventa, se asentaron en Madrid y ampliaron su abanico de clientes.

Uno de los días que fui estaba en una cabina Marta Ortega y me ofrecieron presentármela. Pero como soy tan tímido dije que mejor en otra ocasión. Me da la impresión de que ella también es muy tímida –entre nosotros nos reconocemos–, así que nuestro encuentro hubiera sido como una película de cine mudo. Ahora me arrepiento. Hubiera podido declararle mi admiración por su padre, Amancio Ortega. Si fuera más lanzado, le preguntaría a Massi y a Nasrin curiosidades sobre sus clientes, y tendría blog para unos cuantos meses. ¿Tiene alguna manía especial Richard Gere? ¿Qué tal lleva su español? ¿Es simpático? Mientras espero a que me toque el turno, aprovecho para fisgonear en las vitrinas las fotografías dedicadas que han dejado algunos de los que visitan el centro: Cristiano Ronaldo, Bale, Penélope Cruz, Noor de Jordania, Farah Diba, Tamara Falcó, Ana Duato. No hay fotos, pero sé que van las reinas Letizia y Rania, Emma Suárez o Ana Boyer. Cosas que pueden suceder en Massumeh: que se plante la mujer del rey de Arabia Saudí con cincuenta personas, y que se vuelvan tan locas comprando cremas que dejen la tienda sin existencias.

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