Lindsay Lohan (39 años) sobre su nueva cara más delgada, luminosa y sin manchas: “soy muy devota del agua helada en la cara al despertar y bebo un zumo todas las mañanas”

Si hay algo que nos fascina especialmente es el conocer los secretos de belleza de nuestras famosas preferidas. Cantantes, actrices, prescriptoras de moda o nombres propios de la esfera pública, son muchas las mujeres que comparten sus -digamos- truquitos de belleza al exterior, siendo muchos de ellos, auténticos descubrimientos. Y es que, lejos de protocolos elitistas o productos al alcance de unas pocas, es curioso ver como -en muchos de los casos- estas celebridades recurren a productos 'low cost' o remedios caseros que, perfectamente, podemos imitar cualquiera de nosotras. 

Y no hablamos de casos puntuales, sino de una tendencia al alza que cada vez se verbaliza (y aplaude) más. Ejemplo de ello es aquel producto milagro para las ojeras que usa Sara Jessica Parker y que está disponible en tiendas por menos de 20 euros. También lo vemos con el truco de Salma Hayek para teñir sus canas, sin pasar por peluquería y con un cosmético que tenemos todas. Y, en las últimas semanas, ha sido otra celebridad la que ha refutado este hecho, compartiendo un remedio para desinflamar y mantener su piel joven en cuestión de segundos: Lindsay Lohan. 

A sus 39 años, la protagonista de 'Chicas Malas' se ha convertido en una de las estrellas de Hollywood que mayor interés despierta a nivel estético y, si tiempo atrás, era su icónica melena pelirroja el motivo de aplauso entre sus cientos de miles de fans; ahora también lo es su piel y el cómo la cuida para verse tan bien.

Un aspecto radiante que, para muchos, ha sido fruto de una consecución de operaciones estéticas, pero que la propia Lindsay (y su publicista) desmentían tajantemente en sus últimas intervenciones públicas, avalando que su secreto está en una rutina adecuada. 

Bajo un “en cuanto se ve un poco diferente, asumen que se hizo un lifting facial a los 37 o 38 años, que se arregló esto o aquello. Es muy cruel”, la publicista de Lohan defendía que el cambio de la actriz nada tenía que ver con largas sesiones de quirófano y que el buen aspecto de Lindsay era fruto de un estilo de vida saludable, en el que una dieta equilibrada y una rutina facial correcta eran los principales responsables  del cambio. 

El secreto de belleza detrás del aspecto rejuvenecido de Lindsay Lohan 

Eso sí, como adelantamos, no hay celebridad que no esconda algún que otro truquito, siendo el de Lindsay uno de los más comunes entre mujeres que buscan mejorar el aspecto de la piel, reduciendo inflamación, reavivando la firmeza e, incluso, minimizando la apariencia de poros o acné. ¿De qué hablamos? De lavarse la cara con agua helada, al igual que otros muchos nombres de la esfera pública, como Vicky Martín Berrocal o Jennifer Aniston, ya practican en su día a día.   

“Mi rutina de cuidado de la piel es muy específica. Ahora estoy probando algunos sueros —los estoy testeando—. Además, soy una gran creyente en el agua helada en la cara al despertarse. Tomo mucho jugo de limón y también pongo montones de semillas de chía en mi agua. Me pongo parches para los ojos todas las mañanas, también me gustan los tratamientos con láser”, detallaba la actriz en una de sus últimas entrevistas con la revista Elle.

Un truco también conocido como ‘crioterapia facial’ que brinda multitud de beneficios para la piel y que, tanto en pieles jóvenes como en pieles maduras, evidencia resultados a medio/largo plazo. Como explica Cristina Carrillo, farmacéutica con máster en dermofarmacia, “con el frío se descongestiona la cara, tiene un efecto tensor y reduce la inflamación que, por ejemplo, se produce por la mañana, al levantarnos.” 

Pero sus beneficios no acaban aquí. Como explica el Dr. Rawdy Reales, médico internista y divulgador de salud en redes sociales, es una práctica que también puede llegar a mejorar el estado de ánimo, ya que “cuando metes la cara en agua helada o con hielo estimulas el reflejo vagal, haciendo que la frecuencia cardiaca disminuya y reduzca los periodos de ansiedad; además de mayor sensación de bienestar y autocontrol.”

Eso sí, Carillo también advierte: no es lo mismo hablar de agua helada, como en el caso de Lohan, que aplicar de forma directa un hielo en nuestro rostro, ya que este brindará el efecto adverso y acabaremos con un rostro en peores condiciones. “El hielo aplicado directamente en la piel en zonas muy vascularizadas puede dar lugar a sabañones y en la piel normal puede dar lugar a quemaduras (que deriva en escozor o rojeces).”

Una alimentación controlada y saludable: el segundo pilar de Lindsay Lohan

Una técnica refrescante que, como vemos, avalan los especialistas, pero que no es la única responsable del aspecto de Lohan. Siguiendo aquel mantra del “somos lo que comemos” la actriz sabe de la importancia de una dieta adecuada para conseguir su mejor versión y es por ello que aboga por alimentos muy concretos y la eliminación de otros muchos. 

“Bebo este jugo todas las mañanas. Es como de zanahoria, jengibre, limón, aceite de oliva y manzana. También bebo mucho té verde y mucha agua. Me encantan las remolachas encurtidas, así que las pongo en casi todo”, explicaba la protagonista de ‘Un Viernes de Locos’ quien, además, añadía otros líquidos como “el jugo de limón; también le pongo un montón de semillas de chía al agua”, expresaba. 

El antes de la piel de Lindsay Lohan.

Además, si estas recomendaciones no fueran suficientes, la actriz también confesó en la entrevista que, tras tener a su hijo Luai, su piel cambió considerablemente. Se volvió más sensible, más reactiva y eso le llevó también a dar un paso al frente con ciertos alimentos. “Me hice análisis de sangre para saber a qué era alérgica. Así que eliminé todo, y fue más o menos cuando todo empezó a cambiar para mí”, desveló la actriz de Hollywood.

En definitiva, una combinación de cuidados que, alineados con tratamientos sutiles, como peeling o bótox (cómo ella misma confesó), ha conseguido llevar a Lindsay Lohan a ser una de las actrices más envidiadas del cine. Un efecto, que nos gusta llamar, de “guapo subido” que será tan fácil como seguir pequeñas rutinas de agua helada y una alimentación coherente y equilibrada.