Los faraglioni de Capri, las aguas turquesa del mar tirreno bañando su cuerpo, un escueto bañador blanco y un beso, ahora, con la que dice, “es la taliana más guapa y romántica que existe”, Bianca Balti. Toda una invocación a los sentidos para que el perfume Light Blue siga siendo un referente del verano, la dolce vita y el made in Italy.

David Gandy es natural de Essex sin embargo, pero también la imagen más italorracial de los diseñadores Dolce&Gabbana. Por eso, vuelve a protagonizar el famoso anuncio, la tercera versión para la misma fragancia, “una historia de amor en Italia”, como la define el modelo, en el que interpreta al hombre más sexy del mundo sin pronunciar una palabra aunque él anoche confesara a Lecturas, que la admiración que despierta en mujeres y hombres es algo “de lo que se dan cuenta los demás. Yo no soy consciente. Es más, creo que en persona, decepciono”.

Limoneros, jazmín, la voz de Sophia Loren en el “tocadiscos”… Madrid acogía anoche al modelo británico con todas los arquetipos y tópicos de una notte all’italiana aunque el tiempo fuera el que todos imaginamos en su ciudad de origen al norte de Londres. “España siempre promete buen tiempo… pero es terrible sí. Aún así, me siento como en casa”, comentaba frente a los micrófonos minutos después de posar con un traje pizarra en lana fría de la última colección siciliana de Dolce&Gabbana, con camisa blanca, corbata negra y zapato de charol.

“¿Vienes mucho a España?”. “Más de quince veces he venido. Adoro España. Además, tengo a mi hermana y a mis sobrinos aquí. Ella se casó con un español y, siempre he estado muy unido a España”. Explicaba sin mencionar una palabra en castellano. “Es que cuando voy a ver a mi familia a Málaga, no lo necesito”, se excusaba. “Soy muy tímido”, reconocía, aunque sus rasgos y su experiencia ante las cámaras nos hagan parecer todo lo contrario. "Tengo muchas inseguridades. A veces se crean muchas expectativas entorno a una persona y no siempre se cumplen".

Pero en Madrid se cumplieron. Daba igual. Periodista o famoso. Cliente del Hotel Santo Mauro, donde se celebraba la fiesta, o ejecutivo de la empresa que crea y comercializa la fragancia. Todos querían hacerse una foto con Gandy.

Rossy de Palma, en encaje negro y sin poder esperar a que Gandy se retirara del consabido photocall; Bimba Bosé –encargada de pinchar los hits sesenteros italianos que amenizaron la noche y vestida a lo Saraghina de Fellini-, Lomana con un vestido preppy a rayas y coral y bajando y subiendo escaleras para hacerse la encontradiza; la rubísima Edurne o Natalia Verbeke que se encontraba, segundos después con su ex Miguel Abellán. Todos se llevaron su foto con el guapo modelo, máxime cuando corría el rumor por los corrillos de invitados de que se acaba de dejar con su chica y estaba solo y sin compromiso.

“Uno no se acostumbra a ser el centro de todas las miradas”. "Más de una vez me han dado ganas de salir corriendo ante tanta expectación”, confesaba anoche, pero era ver un pilotito rojo de encendido y como para Mario Testino, Steven Klein y Steven Meisel, Gandy daba lo mejor de sí, entornaba sus enormes ojos azules y la apostura de su casi 1,90 de estatura hacen el resto. Aunque él repite y repite que “la elegancia reside en el interior. No la da ni un vestido ni otra prenda"