Las infancias trágicas de las estrellas

Cuando tenía 8 años, le dijo adiós a su madre y se marchó al colegio. Al volver, ella no estaba. Dos días después se despedía del pequeño Hugh con un telegrama. El actor aún llora en las entrevistas al recordar el abandono. Hace poco ha recuperado el contacto con su madre y sabe que ella sufría una depresión que le impedía hacer frente a sus obligaciones como madre.

Era tan solo un bebé cuando su padre, el actor Jon Voight, inició un affaire que rompió la armonía familiar. La rebelde Angelina se forjó entre un padre ausente, y de cuyo apellido renunció, y una madre que la evitaba porque le recordaba demasiado al actor. Angelina coqueteó con las drogas y casi pagó a un sicario para que acabara con su propia vida.

Mucho antes de calzarse ‘manolos’ de 600 euros, la actriz de ‘Sexo en Nueva York’ fue una niña que vivía con sus 7 hermanos, su madre y su padrastro en una casa que a menudo no tenía electricidad, porque no podían pagar la factura. Muchas comidas  llegaban gracias a la caridad. A los 14 años Sarah Jessica protagonizó el musical ‘Annie’ en Broadway e inició su ascenso hacia el estrellato.

Cuando tenía 12 años su madre dejó a su padre. Acabó el terror. Tom, que ademá sufría una aguda dislexia, escapó de los maltratos a los que le sometía su progenitor, que ni en su lecho de muerte –falleció de cáncer a los 40– quiso hablar del pasado y pedir disculpas. Tras descartar ingresar en un seminario, a los 19 Tom ya era un chico de póster gracias a ‘Rebeldes’.

Un tío suyo siempre se las ingeniaba para quedarse con ella, por entonces una niña de 5 años. Casi 40 años después, cuando Teri supo que otra víctima de los abusos sexuales de su tío se había suicidado, acudió a la policía.  Fue condenado a 14 años de prisión. Teri nunca les contó a sus padres lo sucedido, aunque cree que lo sabían.

Nacida de una madre  de 18 años bipolar que solo estuvo casada dos meses con su padre, Demi se crió entre las continuas peleas entre su progenitora y su padrastro, ambos alcohólicos. Este último se suicidió. A los 17 años, Demi se casó con un músico 12 mayor, empezó a trabajar en televisión y dejó su miserable pasado atrás.

A los 9 años se tomó su primera copa, a los 10 fumaba marihuana y a los 12 esnifaba cocaína. Drew, la niña que enamoró al mundo en ‘E. T.’, parecía haber heredado el talento de los Barrymore, una familia de actores que se remonta al teatro del siglo XIX, así como su debilidad por las adicciones. Tras un intento de suicidio y varias estancias en rehabilitación, a los 15 se emancipó de sus padres y trabajó de camarera en una cafetería una temporada. Tras hacer borrón y cuenta nueva, empezó desde cero con enorme éxito su carrera actriz.