Sin duda, Arguiñano es uno de los apellidos más reconocibles por todos. Una estupenda ‘marca’ que el patriarca de esta familia de cocineros ha sabido cocinar a fuego lento durante sus más de 4 décadas de carrera. No obstante. un privilegio semejante, también conlleva una enorme responsabilidad que Joseba, hijo de Karlos, trata de mantener con maravillosa dedicación.
Joseba creció viendo a su padre entre los fogones de casa, los del restaurante y, también, los de la tele. De sus seis hermanos, parecía evidente que alguno de ellos acabara siguiendo los mismos pasos del hombre que siempre ha agregado perejil a todo a modo de toque final. Con los años, el pequeño no solo ha seguido su estela, sino que ahora busca crear su propia leyenda.
Si uno desea dedicarse al mundo de las recetas y las elaboraciones culinarias, y tiene en casa a una de las estrellas más brillantes de este gremio, al final, es normal que estos le acaben preguntando cosas o pidiendo consejo.
Karlos es más de decir a sus hijos qué no hacer
“Duro nunca ha sido. Mi padre siempre nos ha dado consejos”, confesaba, hace tan solo unos días, Joseba Arguiñano cuando visitó ‘El Hormiguero’ junto a su progenitor. “Nos ha dejado hacer lo que hemos querido. Al final creo que siempre es un consejo de tus padres, que cometas tus errores, así vas afrontando la vida”.
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Por su parte, Karlos confirmaba lo que había dicho su hijo. “Nunca les he dicho lo que tienen que hacer. Quizás, lo que no tienen que hacer”. Una manera de guiarles pero sin marcar, en demasía, sus pasos, permitiéndoles equivocarse, tropezar y volver a levantarse. De esta manera, los padres no sobreprotegen a su prole, con los problemas en la autoestima que esto supone; sino que generan el efecto contrario, haciéndoles confiar en que ellos mismos tienen las herramientas necesarias para volver a emprender el vuelo.
Eva Arguiñano, un ejemplo para su sobrino Joseba
“El aita siempre ha estado ahí para apoyar, al igual que la ama, los hermanos mayores y la tía, que ha sido como mi madre”, decía Joseba; reconociendo que Eva Arguiñano, la experta pastelera de su familia, también es una clave esencial de su vida.
Y es que Joseba, en lugar de decantarse por los platos salados, mientras se formaba como cocinero, descubrió que a él lo que más le gustaba era hacer dulces y creaciones pasteleras; al igual que su tía Eva.
En 2019, tras el éxito de sus dos negocios, una bombonería y una panadería, se animó a seguir los pasos mediáticos de su padre y empezó a colaborar con él su programa de Antena 3. “El aita mueve masas”, confesó en el programa de Pablo Motos, orgullosísimo de lo que su progenitor ha logrado. “A mí me quieren un montón, pero porque al aita le han querido un montón”, dejándole todo el mérito al primer Arguiñano de la familia que causó sensación en la televisión.