Hay viajes hacia lo inhóspito y de descubrimiento de nuevos parajes. Y otros con destino al pasado y con parada en diferentes partes de su mundo interior, como el que acaba de hacer la cantante Alaska a su país de origen, México. Solo puede haber algo más sugerente que imaginar la belleza fría de Alaska 'irrumpiendo' en la sofocante México, y es que todo quede 'abrazado' por la 'madre América'. Y es que Olvido Gara ha contado con la mejor y más especial compañera de viaje a sus raíces: su madre América Jova.

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Para contar con 87 años, América tiene un espíritu muy jovial y se ha apuntado a visitar los lugares con más carga emocional y más importantes para Alaska. La iglesia donde la bautizaron, el primer sitio al que la llevó su madre tras nacer, los símbolos y el folklore del país de Centroamérica... El periplo mexicano de estas "dos señoras fugadas" no ha podido evitar acabarse con un sabor agridulce, pues la cantante de Fangoria se enteraba allí de la muerte este lunes de su gran amiga Bimba Bosé. La distancia en este tipo de casos, produce un efecto amplificador en las noticias malas, y el adiós prematuro de Bimba dejaba helada a Alaska. Aunque el círculo familiar y de amistades de la artista ha querido mostrar una actitud calmada y de celebración de los momentos compartidos, Olvido no podía dejar de recordarla con nostalgia desde sus redes sociales. "Feliz viaje a las estrellas, Bimba. ¡Qué ser humano tan bonito van a recibir!", escribía. Su marido, Mario Vaquerizo, muy afectado, acudía al tanatorio de La Paz (Madrid) para darle su último adiós a la sobrina de Miguel Bosé. De vuelta a la normalidad y dejando que el tiempo cure las heridas, Mario no ha tenido mucho tiempo de echar de menos a Alaska y él también ha empleado su tiempo en dedicárselo a sus padres, con quienes compartía una deliciosa comida en un restaurante cubano.

La semana de vacaciones ha pasado como una exhalación para madre e hija, pero ha dejado un gran poso en ambas. La cantante hacía balance de los días que ha disfrutado en México y los describía como "un viaje que era nostalgia en vena que se ha acabado convirtiendo en una road movie con la edad, la enfermedad y la muerte como telón de fondo. La vida misma...".