Todos looks de la premamá más glamourosa, Keira Knightley

El corte globo, imaginamos en un principio pensado para disimular vientre incipiente, nunca es una buena opción. Es verdad que la silueta no se marca, pero se le añade un volumen al cuerpo que este no tiene, y en unos primeros meses de embarazo, tal vez esto no fuera lo que más le funcionara a Knightley. El vestido, cómo no, era obra de su amiguísimo Karl Lagerfeld para Chanel.

No podemos evitarlo. Con este Edem morado, Keira nos recuerda de manera irremediable a otra bellísima actriz, Natalie Portman. La actriz de 'Cisne Negro' subió a recoger su Oscar estando embarazada y con un diseño de Rodarte en un color muy parecido.

Karl Lagerfeld diseñó este vestido con cuerpo blanco y pequeñas flores cosidas por mangas y cuello. La falda, algo más abierta que la versión presentada sobre la pasarela.

Chanel firmaba este vestido liviano y lleno de estampados. Esta vez, y gracias a la escasez de costuras en la zona de la cintura, la actriz podía usar un vestido que perfectamente habría podido llevar sin estar embarazada.  

En los premios del cine de su país llegó la confirmación definitiva de su estado de gracia. Hasta entonces su cintura aún no se había ensanchado y parecía imposible que la actriz de 'The Imitation Game' estuviera embarazada. En los Bafta lució un modelo adaptado a su nuevo cuerpo de Giambattista Valli. 

En sus looks de calle, Keira tiene dos extremos. O la vemos con vaqueros, leggings y maxi jerseys, o la vemos con esta clase de vestiditos totalmente 'ladylike' y que le sientan muy bien a sus nuevas curvas. Nos gusta cómo le queda el embarazo y lo preciosas que tiene la piernas con los kilitos que ha ganado durante la gestación.

El binomio blanco y negro también funciona con las futuras mamás. Keira está siendo una embarazada a la que no le gusta apretarse, prefiere las cinturas debajo del pecho (cortes imperio) y las faldas con caída, que no la opriman y le otorguen mucho movimiento al vestido.

Para los Oscar confió en un vestido de Valentino. Nada de Chanel, de la firma que la suele vestir y de la que es imagen. Esta vez prefirió el romanticismo de la firma italiana que se ajustaba mucho más a su estado de buena esperanza. Su modelo, ligero y de gasa, tenía bordadas palabras y flores. Lo que menos gustó del modelo fue el tono, demasiado apagado para su piel. 

Tras los premios Oscar, Keira acudió junto a su marido a la fiesta que celebraba Vanity Fair. La británica se cambió y se puso un modelo de Valentino. No se había llevado el premio a la mejor interpretación femenina de reparto pero consiguió ser una de las más bellas.