Acaban de cumplirse doce años desde el fallecimiento de Sara Montiel y es muy probable que nadie la haya olvidado aún. Es más, casi cualquiera con edad de haberla conocido podría definirla perfectamente y nadie dudaría de que se refiere a ella. Si hubo una mujer carismática, a la que en un momento de la historia en que las mujeres vivían muy reprimidas le importaba muy poco lo que pensaran los demás, y cuya autenticidad traspasó pantallas, esa fue ella. Sara Montiel falleció en 2013 y con ella se fue la respuesta a muchas incógnitas.
De hecho, nunca se ha sabido a ciencia cierta qué fue de su fortuna. A ella se la empezó a conocer en 1944, tenía solo 14 años cuando empezó a trabajar. Su primera película fue ‘Te quiero para mí’ y desde que se emitió ya nunca dejó de formar parte del ‘faranduleo’ español. Después de aquella vinieron muchas más, Sara fue durante mucho tiempo una de esas mujeres a las que todo el mundo quería ver actuando, una diva cuya vida era seguida al milímetro por el público y, por tanto, por la prensa. Es imposible calcular cuánto dinero pudo ganar.
Una estafa que provocó que la herencia mermara
Y, sin embargo, sus hijos Zeus y Thais apenas cuentan con herencia alguna, y eso que su madre se quedó con lo poco que dejó su padre, fallecido en 1992. Y es que, aunque su madre trabajó durante casi toda su vida, lo cierto es que los últimos años ya no fueron lo mismo, algo normal teniendo en cuenta que era mayor y que sufrió mucho después de que su administrador, que era alguien de máxima confianza para ella, la estafara.
Instagram @zeusmontiel_
Se desconoce en qué momento comenzó a ocurrir esto, pero en 2017 Francisco Fernández Peñalver, que es su nombre, fue condenado a dieciocho años de prisión. Hace unos años, la que fue su abogada explicó por qué nunca recuperaría todo el dinero que perdió: "En nuestro escrito de acusación la cantidad que le reclamamos era mucho más que lo que se pudo acreditar. Era complicada la prueba de todas las disposiciones de dinero que hizo porque tenía poderes otorgados por ella. La sala sentenció al final por las cantidades que claramente habían quedado demostradas, pero no por la totalidad. Había mucho más. El importe final por el que fue condenado fueron 340.000 euros aproximadamente. Tuvimos que hacer un esfuerzo probatorio enorme, porque eran cuestiones antiguas. Nuestra reclamación era por un total de 550.300. Era una cantidad muy grande, porque hay que tener en cuenta que pasó mucho tiempo, por lo que habría que sumarle la inflación. Él sacaba dinero y lo ingresaba en su cuenta, pero hacer la trazabilidad de todo eso era complicado". Una cantidad considerable que sus hijos naturalmente no han recibido en su herencia.
Deudas y un piso más de 300 metros cuadrados
Esto fue muy duro para ella, porque ya era muy mayor, y el proceso para reclamarlo fue muy largo, todo comenzó en 2010 y hasta 2017 no logró tener una sentencia: "Para Sara fue muy duro porque fue una persona que traicionó su confianza, hasta tal punto que era incluso el tutor de sus hijos. Se murió con una pena horrible, le puso la puntilla en los últimos años de su vida. Fue muy doloroso para ella. Por supuesto, económicamente fue tremendo, porque dejó sus cuentas limpias de la noche a la mañana. La situación en la que se quedó fue delicada, pero a eso se le añade el tema emocional" explicaba la citada abogada en su momento.
Para ser la primera en conocer las noticias del corazón más destacadas, apúntate aquí a nuestro canal de WhatsApp. Cada día, te enviaremos los temas más comentados sobre nuestros famosos. ¡Te esperamos!
De hecho, tras descubrir lo ocurrido, ella se dio cuenta de que se habían generado muchas deudas de cosas que él había dejado de pagar y otras que le había creado, por lo que poner todo al día le costó mucho dinero. Lo que sí se sabe a ciencia cierta que heredaron sus hijos fue un piso en el barrio de Salamanca, el piso en el que ella vivió hasta el final de sus días, una propiedad nada desdeñable, tenía 200 metros cuadrados útiles y 147 de terraza. Se publicó en su momento que sus hijos lo habían vendido por tres millones de euros, lo que en realidad como herencia no está nada mal, pero sí muy lejos de lo que cabría esperar de una mujer que trabajó tanto y durante tantísimos años como Sara Montiel.
Y hasta hace solo unos años Zeus y Thais eran los administradores de las sociedades que habían sido de sus padres, Linche SA dedicada al sector inmobiliario y fue liquidada en 2021 y Epi SA, que, si sigue en pie, también se dedica al ladrillo y en sus últimas cuentas, en 2022, facturó ventas por debajo del medio millón de euros. No, no es la herencia propia de la diva que fue su madre, pero al menos pudo dejar todo saneado antes de marcharse y sus hijos no han heredado las deudas que tanto la hicieron a ella sufrir en vida.