Soraya parece verse en la obligación, desde que es madre, de justificarse. No nos extraña. Decide salir a cenar y toda la comunidad de padres y madres abnegados de las redes sociales se le tiran al cuello. ¿Cómo se le había ocurrido semejante idea? ¡Ir a un restaurante y dejar a su hija con sus abuelos! ¿Por qué no cambió el plan por, simplemente, mirar a su hija y dejar de existir para reducirse a ser la ‘mamá de’?¿En qué estaba pensando? Suerte que la extremeña tiene paciencia para lidiar con esto y con cien mil ataques más. Pero solo una dato: resulta de lo más curioso que mientras a ella se la vapuleaba, a su chico y padre de la niña, Miguel Herrera, que también estaba en esa cena íntima, no recibió ni un solo comentario de agravio…
El caso es que Arnelas ha colgado en Insta Stories cómo está viviendo las noches desde que Manuela llegó al mundo. Sin pegar ojo, descubriendo el poco sueño que necesita el ser humano cuando acaba de nacer un bebé, agotada pero feliz ¿Dónde está ahí la mala madre? Soraya se ha volcado con la pequeña y pasa las madrugadas en vela. Las primeras noches son las mas complicadas, pues a los llantos por diversos motivos hay que incluir las tomas de leche, lo que reduce al tiempo de sueño de horas a minutos muertos a lo largo de la noche o del día.
Arnelas, que ya ha visto cómo se las gastan según qué personas en redes, ahora, para no caer en el ‘malamadreo’, también recuerda que, aunque sean muy duros los primeros meses cuando llega un niño al mundo, está inmensamente feliz. Y así se lo hace saber a sus amigos que le escriben en Instagram “estamos todos genial! Viviendo y adaptándonos a esta nueva vida en equipo! Muy felices”. Que quede t-a-x-a-t-i-v-a-m-e-n-t-e claro. Si no, puede arriesgarse a que se monte un nuevo cisma en torno a ella, y a que, como a Samanta Villar, algunos desaprensivos la llamen “acomodada” o “egoísta”. Y decimos una cosa, ¿qué clase de educación dan esos padres 'pluscuanperfectos' a sus hijos con estos ejemplos de poca comprensión y de intolerancia?