Su tema 'Loca' llevó a Malena Gracia a lo más alto: convertirse en éxito del verano y ser uno de los personajes mediáticos con más presencia en televisión de principios de 2.000, siendo demandada en los realities más populares. Aquel 'hitazo' le dio la entrada para la espectacular casa de cuatro plantas que se convirtió en su hogar, y ahora es un auténtico quebradero de cabeza. Aquella fama se acabó diluyendo, no sin antes engullirla y convertirla en solo un recuerdo en 2018. A pesar de todo, Malena ha luchado contra todo y contra todos y se ha mantenido a flote gracias al teatro, donde no para, pero no le reporta lo suficiente como para hacerse cargo ella sola de la vivienda.
El fallecimiento de su madre, hace cuestión de tres años, marcó un antes y después en su vida. La cantante contó en Lecturas los apuros económicos que arrastraba entonces ejemplificados en la situación más triste: ni siquiera tenía para comprarle una corona de flores a su madre. "He pasado unos años bastante malos por la crisis, bajó mucho el trabajo...", le contaba a Jorge Javier Vázquez en 'Sábado Deluxe'.
Hace dos años puso en venta su impresionante adosado de 390 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas. Su objetivo entonces era deshacerse de un inmueble que generaba demasiados gastos; sin embargo, su intención ahora ha cambiado debido a la compleja situación familiar en la que se encuentra. Ha bajado su precio de salida, pero no encuentra comprador, para angustia de Malena.
Desde que su padre quedó viudo, tanto ella como sus hermanos se han preocupado en su bienestar. Ahora que ya tiene "casi 88 años", quiere irse a vivir con él. El mazazo que supuso la pérdida de su madre ha sido algo que no ha conseguido superar todavía: "Ha sido muy duro. Yo pensé que en la vida había pasado cosas fuertes, pero esto fue lo peor. La echo de menos todos los días". La exconcursante de 'Hotel Glam' ha sostenido durante su entrevista que la salud de sus padres se resintió por los durísimos comentarios que tuvieron que escuchar sobre ella: "Yo sigo pensando que mi madre enfermó porque tuvieron que aguantar cosas muy duras, muy fuertes, cuando arremetieron mucho contra mí".
Con resignación cuenta la razón por la que no puede instalar a su padre en su casa y la razón que le lleva a establecerse en un nuevo hogar para estar junto a él: "No me traigo aquí a mi padre para vivir conmigo, porque la casa tiene cuatro plantas y aquí no podría moverse con seguridad, porque ya es muy mayor. Ya son casi 88 años los que tiene y está malito desde hace bastante tiempo. Ahora es mi hermana la que está cuidando de él, porque vive al lado, pero yo quiero estar ahí. Quiero vender ahora la casa porque quiero irme a vivir con él. Los años que esté entre nosotros, lo que quiero es cuidarle, quererle y darle todo el amor que se merece, como ha hecho él con nosotros".
Por si no fuera una situación suficientemente difícil, Malena ha revelado que su hermano ha sufrido un ictus recientemente y se encuentra recuperándose todavía de él. Su idea sería alquilar la vivienda, hasta que consiga venderla, y vivir con sus hermanos y su padre.
Sentimentalmente, tampoco le va boyante, pues la relación intermitente que mantiene con un chico desde hace años atraviesa un bache, precisamente a que "no ha sabido estar a la altura en estos momentos complicados y no me he visto arropada por él".