Rosario Mohedano (38) está al límite. Vive muy agobiada por la presión de los medios y las crecientes críticas de ciertos sectores a sus conciertos. La sobrina de Rocío Jurado ha iniciado una campaña en sus redes sociales para defenderse de lo que considera un acoso mediático, después de que hace unos días vetara la entrada de las cámaras de televisión a su concierto de El Membrillo (Toledo): “Pido amparo a los organismos pertinentes, a todo el que pueda hacer algo para detener este acoso continuado, este maltrato psicológico permanente”, ha escrito desesperada. A pesar de la dureza de las acusaciones de la artista, no todas las voces de la tele han sido críticas con ella, Jorge Javier Vázquez ha declarado públicamente el respeto que siente por su faceta artística y ha abanderado, junto con algunos de sus colaboradores, una defensa acérrima de la decisión que tomó la Mohedano de no permitir la entrada a las cámaras del programa en el que un día colaboró su madre: “Tiene todo el derecho de dejar entrar a los medios que considere en sus conciertos”, afirmaba Jorge.

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