1 de julio de 2020, 10:51
Rodri, GH 17, pone a prueba el amor de Bea con un duro reto
Una noche de acampada puede acabar en pesadilla sin los 'Rodea' están implicados
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¡Sorpresa! ¡Nos vamos de acampada!
"¡Pero si me acabo de hacer las uñas!", solo acertó a decir Bea. Su chico le había preparado una sorpresa mitad diversión, mitad jugarreta. Lo que él no esperaba es que también sería una jugarreta para sí mismo
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Atacados por los bichos
Después de que una campista (profesional) les montara la tienda al ver la incapacidad de los exconcursantes de GH y cenar. Regresaron a su casa por una noche. Estaban muertos de miedo por el ataque de unos mosquitos voraces que deseaban comérselos enteros. La cara de Bea era un poema
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DRAMA mayúsculo
Rodri no lo estaba pasando nada bien. Él estaba muy incómodo porque todas las rocas del suelo se le clavaban en la espalda, le molestaban los grillos y que su chica le estuviera tomando el pelo.El cazador cazado
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El look de Bea para practicar senderismo
Antes de iniciar la aventura, Bea no quiso cambiarse de ropa y se fue de camping con la misma falda y top con el que había estado en la peluquería haciéndose las uñas; y, claro, los ambientes no son lo mismo... digamos que para andar por el campo una mini vaquera y unas sandalias no es el estilismo más aconsejable
Hay que tener cuidadín con los retos porque pueden volverse en contra de uno… mirad a Rodri, que quería poner a prueba a Bea, y, al final, acabó arrepentido. El concursante de GH 17 planteó una noche de acampada ruprestre y quien acabó quejándose más fue él. Y no es que precisamente Bea se quedase callada…
Los Rodea no habían ido a un camping en su vida. No sabían montar la tienda, ni que los mosquitos son criaturas voraces que se alimentan de campistas inocentes como ellos. Que en el campo hay y grillos y que estos cantan (y mucho) por las noches. Tras comerse un bocata en un restaurante cercano (chico, ya que se ponían podían haber preparado ellos para que la inmersión fuera total), se fueron a dormir. Querían ver las estrellas pero ni eso había. La cara de Bea era un poema. Corrieron hacia la tienda de campaña, estrecha e intraspirable, y ahí se quedaron el resto de la noche, quejándose de los insectos, del suelo y de que les dolía la espalda. Los Calleja del camping.
Rodri sabía que este plan iba a ser una jugarreta para su chica, pero lo que no se imaginaba es que el Karma se la tenía guardada. Si la ganadora de GH 17 lo pasó mal, su pareja no disfrutó mucho más la experiencia, acabando con un lumbago como recuerdo de la aventura.
A la mañana siguiente, y tras un intento de senderismo para el que Bea no estaba preparada, ni física ni mentalmente, volvieron a casa. Regresaban con las orejas gachas por no haber sido capaces de sobrevivir a la vida ‘salvaje’ (ejem) y con un anuncio para Wallapop: se regala tienda de campaña. Ellos no la volverán a necesitar.
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