Los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía reaparecen juntos para apoyar a Pablo Urdangarin

Ataviados con la bufanda verdiblanca del TSV Hannover-Burgdorf, los reyes eméritos asistieron al partido de balonmano que jugaba su nieto Pablo Urdangarin. No veíamos juntos a Juan Carlos y Sofía desde el pasado mes de noviembre, en el 80 cumpleaños de la reina, cuando asistió toda la familia a un concierto en la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid. El rey Juan Carlos fue el gran ausente en la reciente misa de Pascua a la que todos los años asiste la familia real.

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Pablo Urdangarin, de 18 años, es un joven alto y espigado que ha decidido seguir la carrera deportiva de su padre. Juega en los juveniles del equipo alemán TSV Hannover-Burgdorf.

A falta del apoyo de su padre, que sigue cumpliendo condena en la cárcel de Brieva, Pablo recibió el apoyo de sus abuelos, los reyes eméritos, su abuela paterna, Claire Lieabert, su madre, la infanta Cristina, y su tía, la infanta Elena. También está claro que el rey Juan Carlos ha perdonado totalmente a su hija, después de varios años de distanciamiento.

La mirada de la infanta Cristina lo dice todo. La segunda hija de los reyes eméritos tiene en su hijo Pablo la reencarnación del Iñaki Urdangarin del que se enamoró, hace ya 23 años, cuando este jugaba en las filas del F.C. Barcelona. La vida de Iñaki y Cristina cambiaría cuando el exduque de Palma fue procesado y condenado a seis años de prisión por el caso Nóos.

La reina Sofía y su consuegra Claire Liebaert, madre de Iñaki, se protegen con un paraguas de la lluvia que caía ayer en la ciudad alemana de Hannover, donde el equipo en el que juega Pablo jugó los cuartos de final de la Copa Alemana contra el HSG Wetzlar.

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