De una manera u de otra, Isabel Pantoja tiene contados sus días en la cárcel de Alcalá de Guadaíra. Tras conocerse que la fiscalía ha aprobado su tercer grado (que hasta ahora había sido rechazado), tan solo quedaría que la audiencia provincial también viera bien que esta recibiera la concesión de este régimen de semilibertad. Al fin y al cabo, ya ha cumplido más de un año en prisión, ha disfrutado de los permisos pertinentes y, además, la esperan contratos laborales a su salida, algo definitorio a la hora de obtener el tercer grado.

Según cuenta Paloma Barrientos para Vanitatis, su hermano Agustín, que está siendo la persona de gestionar sus futuros trabajos y compromisos, ya le habría averiguado una pequeña gira de conciertos, con la que pagaría parte de la multa que le impuso el juez en su día. Cantar es su manera de ganarse la vida, en una familia en la que ella sirve de sustento, por lo que si la privan de sus galas y shows, la están privando a ella y a los suyos de su pan.

Por eso Agustín ya habría empezado a negociar posibles proyectos. Hay que recuperar el tiempo perdido y la periodista apunta a que la tonadillera podría lanzar un nuevo trabajo discográfico al que solo hace falta darle unos retoquitos. Además, también hay sobre la mesa algunos proyectos que nada tienen que ver con la música y sí con sus vivencias. Uno sería un libro, que narraría sus padeceres y cómo afrontó este tiempo en prisión, que sería redactado por otra persona bajo la batuta de Patoja, y otro proyecto sería una entrevista donde la propia Isabel descubriría sus planes futuros.

Kiko, su hijo, anunciaba este fin de semana en ‘Qué tiempo tan feliz’ el deseo de su madre de hacer carrera fuera de nuestro país, de marcharse tal vez a Latinoamérica donde también se la quiere mucho y pasar alguna temporada trabajando en el extranjero.

Barrientos asegura que Isabel montará ‘su cuartel’ en Cantora, se olvidará de Madrid y desde su finca tomará el mando de una familia que la necesita como cabeza ejecutante, porque la pensante seguirá siendo Agustín, la única persona en la que la artista puede confiar al 100%.