Una psicóloga advierte sobre Pelayo y Damián en ‘Supervivientes 2025’: “Los dos son personas egoístas, el desgaste emocional llegará"

“Los dos son iguales”. Cuando abordamos a la psicóloga Lara Ferreiro, a esta no le queda ninguna duda: Pelayo Díaz y Damián Quintero han tomado la misma decisión porque los dos son tremendamente parecidos. 

¿Y qué decisión es esa? Mirar por ellos mismos. En una de las últimas pruebas de recompensa, no dudaron en coger las porciones de comida más grandes, aun a riesgo de que al resto apenas les quedara nada que llevarse a la boca. En definitiva, abrazar el concepto más extremo de supervivencia, que señala que uno debe salvarse primero para después salvar al grupo. Una decisión polémica, sí, pero que en esta edición del reality cuenta con dos fieles defensores. 

“Los dos son personas egoístas, miran solo por ellos”, nos señala la experta, quien nos invita a entender el pasado de ambos para comprender su comportamiento dentro del concurso. “Pelayo es el rey de la moda y se encanta a sí mismo, y Damián es un deportista que es muy competitivo. Él es karateka, está acostumbrado a la individualidad, él mira por él. Él ha sido campeón del mundo y campeón de Europa”. Para la psicóloga, lograr este éxito al alcance de muy pocos requiere de sacrificios claros y centrarse única y exclusivamente en uno mismo. 

"Están acostumbrados a trazar estrategias"

Ante un comportamiento semejante, que sus compañeros de concurso han criticado severamente, mostrando su indignación y tachándoles de poco solidarios, y por el que el público hasta ha reclamado su expulsión, surge una duda, ¿son villanos sin corazón o hay algo más? Y sobre esto mismo le hemos preguntado a la psicóloga que parece tenerlo claro, “los dos son grandes estrategas”. 

“Los dos son personas que están acostumbradas a trazar estrategias. Se priorizan a sí mismos, miran únicamente por ellos”, nos indica Lara. Y, de manera individualizada, desmenuza. “Pelayo es el cerebro frío de la edición. Él lo tiene todo medido desde que empieza la isla. Ha mostrado que es un grandísimo estratega, que no se calla, que sabe a quién arrimarse,  con el tema de la comida se ha puesto en modo superviviente total cuando te pones así solo piensas en ti. Él ha decidido que él va primero y luego los demás”.

Según la psicóloga, además de este impulso casi primitivo, también existe “un sentimiento de superioridad”, nos cuenta. “Él siente que no debe nada a nadie, muy propio de la gente ‘hecha a sí misma’. Ahí también descubrimos su instinto de autodefensa”. Si quieres estar al día de todo lo que pasa en Supervivientes, solo tienes que apuntarte a nuestro canal de Whatsapp. Haz click aquí. Además, cada viernes tenemos una newsletter especial sobre el reality. ¡Suscríbete!

Damián, parecido… pero diferente

Por su parte, Damián Quintero tiene un perfil parecido pero no igual. Para Lara, el deportista es un “perfeccionista competitivo” nato, además de ser tremendamente “exigente consigo mismo”. La psicóloga no cree que el karateka sea tan estratega como su compañero en ‘Supervivientes’ sino que este actúa así porque piensa “si yo me lo he ganado, ¿por qué lo voy a repartir? Igual que Pelayo es yo me lo merezco todo, este es yo me lo he ganado”.

Por esta vinculación con el mundo del deporte, Quintero no soporta aceptar la “debilidad”; siempre siente que debe de estar al cien por cien. “Para él, los otros son el enemigo y quedarse sin comer o compartir sería como fallarse a sí mismo. Además, el hambre también les afecta muchísimo al humor, al carácter, a la mente… Entonces, Damián necesita estar fuerte físicamente y mentalmente para no venirse abajo. Para él, comer es muy importante para seguir en pie y rendir al máximo”. 

En condiciones así de extremas, a la intemperie, a merced de todos los insectos de la playa y sin alimento, la supervivencia se convierte en egoísmo por puro instinto. De hecho, ser testigos de comportamientos así humaniza a personajes que, muchas veces, parecen ‘endiosados’ por las profesiones que ostentan. Pelayo, un ‘pope’ de la moda, rodeado de marcas de lujo y de experiencias exclusivas, y Damián, todo un campeón que ha alcanzado la gloria.

Contemplar a dos perfiles tan triunfadores peleando y racaneando por una empanada, los baja a la tierra y los devuelve a la esencia más pura del hombre. Y eso es lo grandioso de este reality, observar, con la máxima crudeza, el comportamiento humano que, a veces es bueno, y, otras veces, más cuestionable. Como nuestra propia naturaleza. Y eso, Damián y Pelayo lo están sabiendo encarnar a la perfección, solo fijándose en ellos mismos y sin comportarse de acuerdo a normas sociales aprendidas. 

Su comportamiento a juicio

Comportamientos primitivos que, como nos desgrana la autora de ‘Ni un capullo más: el método definitivo para encontrar pareja’ tienen su explicación en nuestro cerebro primigenio, el cerebro reptiliano; con el que nacemos y que solo se encarga de una cosa: mantenernos con vida. “Esta zona se activa y te dan igual las emociones. Se desactivan la empatía, las neuronas espejo… y solo te dejas llevar por el hambre, que es lo que les está pasando a Pelayo y a Damián”. 

Sin embargo, la psicóloga advierte: esto les puede pasar factura. “Aunque parezca que a las críticas les da igual, con el tiempo, sin comer, el desgaste emocional llegará. Se ha visto que la supervivencia del grupo es fundamental para este tipo de situaciones, ellos se están comportando obviando como si no importase”.

Un instinto que, al final, no puede olvidarse de otra parte fundamental humana: somos seres gregarios y, al final, la presión del grupo puede resultar determinante.