A la hora de parecer un Pequeño Pony hay un color que triunfa entre nuestras famosas, el azul. Algo más cañero que el rosa, y perfecto para el verano, puesto que nos convierte en sirenas de asfalto deseosas de cambiar de medio, para zambullirnos en el que verdaderamente estamos cómodas, el líquido.
La fiebre por el azul viene de lejos. Las ‘celebs’ llevan decolorando sus cabelleras, para que se adhiera mejor el tinte de fantasía, desde hace algunas temporadas. Una de las primeras en comenzar con esta moda fue Katy Perry. La cantante, que ha llevado su cabeza todos los tonos del arcoíris, demostró que un pelo azul puede darnos mucho juego al permitirnos pasar de un look elegante, si lo llevamos con un moño italiano, a otro más punk si no lo peinamos al salir de la ducha. Le siguieron compañeras de profesión como Kesha o Demi Lovato, y cuando creíamos que ya había pasado ‘la furia azul’, Nicole Richie, con uno de los estilos más envidiados, nos volvió a recordar lo divertido que podía llevar el pelo como un algodón de feria. Tras ella vino Hilary Duff, Amber Rose y la última, Kylie Jenner. Pero la hermana menor del clan Kardashian lo he hecho con la boca pequeña. Que no es otra cosa que tirar de peluca (de peluca maravillosa, eso sí) y convertirse, solo por unas horas, en un hada de cuento. ¡Y a nosotros que nos gusta casi más con este color que con su negro zaíno habitual! Le aporta algo que de lo que carecen el resto de sus hermanas. Diferenciación.