Aquellos con buena memoria recordarán sin problemas cómo fue el 15 de julio del año 1997. La noticia del asesinato de Versace, abatido a tiros cuando entraba en su casa de Miami, conmocionó al mundo entero. La muerte del hombre sinónimo de vida, y también ostentosidad, quedó registrada en la memoria de todos, pero especialmente para Andrés Pajares Jr, Andrés Burguera, por el peor motivo posible: la policía creyó que él era el responsable del crimen.

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Dos días más tarde de que Andrew Cunanan disparase dos tiros mortales a Gianni en la cabeza, Andrés salía de la peluquería en su barrio en Nueva York, ciudad a la que se había marchado a estudiar Arte Dramático. Quería dejar su carrera como azafato y luchar por su sueño, ser actor; pero el sueño se tornó pesadilla cuando descubrió que era seguido por un coche de policía. Tal y como contó en exclusiva a Lecturas, dos agentes, armados, se bajaron del vehículo y le preguntaron: “¿Cómo te llamas?”, “Andrew”. Casi firma su sentencia de muerte. El hijo de Pajares tradujo su nombre al inglés y coincidía con el del asesino. Ambos tenían más o menos la misma edad y compartían rasgos, como ojos rasgados, tez y cabello morenos… Los agentes creyeron haber dado con el hombre más buscado y lo detuvieron. “¡Pensaba que era el fin. Estaba boca abajo y sin poder hablar. La cosa era seria. Escuchaba hasta el helicóptero sobrevolando la zona”, contó Andrés para las páginas de nuestra revista.

Le llevaron detenido y, ya en comisaría, se aclaró la confusión. El entonces aspirante a actor utilizó su única llamada, tal y como contó a El Mundo, para hablar con el consulado de España. A pesar del bizarrismo de la situación, el vicecónsul le creyó y se presentó en comisaría dispuesto a aclarar lo sucedido. Él fue puesto en libertad y, además, recibió las discupas de la policía, “me compensaron con una especie de 'green card'. Una tarjeta con un número de seguridad social que me permite vivir y trabajar en Estados Unidos. Ese día volví a nacer”. Dijo al periódico.

Aún tiempo después, cuando Burguera habló con Lecturas, admitió vivir con miedo a raíz de entones. “Fue un susto de muerte. Nunca hubiera creído que me iba a ocurrir. Ahora, cada vez que veo un coche patrulla, me siento aterrado”.

El auténtico Andrew, Cunanan, fue descubierto por la policía el mismo día que estaba teniendo lugar el funeral por Versace, el 24 julio. Él no se dejó coger y terminó con su vida del mismo modo que lo hizo con la del diseñador.