Son la pareja más feliz del momento. ¡Y no es para menos! Pelayo Díaz y su ya marido, Andy McDougall, han compartido el día más especial de sus vidas junto a todos sus seres queridos. La pareja nos abría las puertas de su nidito de amor, un espectacular dúplex en el centro de Madrid, durante los emocionantes meses de preparativos. Ilusionados y enamoradísimos, nos contaban, en exclusiva, cómo estaban viviendo el previo a su enlace…
Abrís las puertas de vuestra casa por primera vez.
Pelayo. Lecturas siempre ha estado en casa por mi madre y mis abuelos, y ahora quería que entrarais en mi casa de manera literal.
Acabáis de mudaros.
P. Llevamos aquí un mes. No hemos hecho todavía ni una fiesta de inauguración. Estoy deseando hacer una de pizza y champán.
Es un dúplex.
P. Sí, tiene 147 m2 útiles, dos habitaciones, dos baños y un salón. La cocina estaba cerrada, pero la abrimos. Aunque no cocine, me encanta estar en el salón y tener más amplitud... Y ver si ‘alguien’ cocina [mira a Andy y ríe].
Andy. Cocino bastante básico, pero para él lo que hago es dificilísimo. Le hago milanesas [escalopes] que le encantan.
P. Andy se despierta todos los días, sea la hora que sea, a hacerme el desayuno. Se quita la legaña y lo hace.
¿Cuál es vuestro rincón favorito de la casa?
P. Nuestra estancia favorita es la cocina. Es un espacio hecho a medida, en colores claros. Tenía ilusión de que fuera parecida a la de casa de mis padres.
Hay muchos recuerdos de David Delfín en vuestra casa.
P. Sí, el díptico que él me regaló representa mucho cómo somos. Nos gusta el color y la alegría.
A. Tenemos muchas cosas de David: el jarrón, las sábanas, las tazas... Me encanta. No lo conocí. Era un genio.
P. A Andy no puede gustarle más que le cuente cosas de él, que le hable de cómo trabajaba. David Delfín ya es parte de Andy también. Es increíble.
Se publicó que esta casa te había costado 677.000 euros. ¿Os molestó?
P. Me molestó porque pagué más [risas]. No tengo ningún problema.
¿Problemas con el orden?
A. Cuando antes venía de viaje una semana, dejaba todo tirado y me decía que lo dejara. Yo feliz.
P. Las casas son para vivirlas.
A. Aprendí mucho de él. Cuando Pelayo se compra algo lo usa, como el Birkin [bolso de lujo]. Al día siguiente de comprarlo, lo estaba usando para ir a entrenar al gimnasio.
P. Hay que descontextualizar. Birkin para entrenar, bolso de playa para salir de fiesta... Es la manera de disfrutar y darle el valor que tiene. Andy usa mi ropa todo el rato, aunque no le valga. A veces le veo que va a reventar con una camiseta.
¿Te molesta?
P. No. Me da ternura que la use. Es para eso. Que alguien ame lo que yo amo es síntoma de que me ama.