Pablo Alborán se arma de valor y confiesa su secreto más vergonzoso

El cantante acudió a 'El Hormiguero' para sincerarse sobre el peor momento que ha vivido encima de un escenario...

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Bueno, bueno, ¡lo que no se atreva a hacer Pablo Alborán! Ya sabemos todos que ir a El Hormiguero siempre es un riesgo. A la mínimo, Pablo, Trancas y Barrancas consiguen ponerte en situaciones que nunca hubieses imaginado, pero, claro, cuando además llegas entregado a la causa, el espectáculo está garantizado. Anoche fue el cantante el que se dejó caer por el programa y contó, un poco a regañadientes, dos de las experiencias más vergonzosas que le han ocurrido encima de un escenario... Pero vamos, de taparse la cara y gritas ¡tierra trágame! Pobrecito mío.

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Pablo Motos es el entrevistador más arriesgado de la televisión. Con su barba pelirroja y su cara de no haber roto nunca un plato, consigue poner a los invitados en unos compromisos que ni en el de Deluxe. Incluso a alguien aparentemente tan tranquilo como Pablo Alborán. El cantante acudió al programa para presentar Prometo, su nuevo disco, y como no, caía en las redes del presentador. En cuanto se dio cuenta estaba confesando en televisión su momento más vergonzoso EVER.

¿Es cierto que una vez no pudiste evitar tirarte un pedo en un concierto?”, le preguntó Motos tan tranquilo. “No fui yo”, respondió el cantante. “Sabía que me iba a perseguir el resto de mi vida”. El pobre no podía ni mirarle a la cara. “En medio de un concierto se camufla más y le puedes echar la culpa al de al lado”, intentó explicar. “De hecho, fue tan así, que no sé realmente si fui yo. ¿Podemos cambiar de tema?”.

Si quieres hablamos del día que saliste con la bragueta abierta...”, le replicó Motos. ¡Este chico es una mina! “Cierto. Llevaba unos pantalones rojos y salí con la bragueta abierta”, confesó. “Y de repente veo a mi manager que me hace gestos y yo seguía, hasta que por el pinganillo me dijeron que me subiera la bragueta”. ¿A quién no le ha pasado alguna vez? Por eso inventaron las braguetas de botones, claro.

Pero si con ese no fuese suficiente, Alborán también explicó que antes justo de salir al plató se le había roto el pantalón. ¡Otra vez! Lo de este chico y las prendas de ropa es para hacérselo mirar. Por suerte, el equipo de sastrería de El Hormiguero se lo había arreglado en un plis y le habían dejado listo para afrontar la noche. Ay, Pablo, te entendemos perfectamente y ahora, incluso te queremos más, que ya es difícil.

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