José Ortega Cano regresó a la cárcel tras pasar seis días de permiso, los primeros de su condena de dos años y medio por provocar un accidente de tráfico mortal que le costó la vida a Carlos Parra en 2011. Unos días en los que sobre todo ha disfrutado de su familia pero en los que también ha aprovechado para pedir perdón a la familia de Parra, a quienes se ofreció, “quiero ponerme a su disposición como siempre”.

 

El diestro lleva ocho meses ingresado en la cárcel de Zuera, en Zaragoza, y hasta ahí acudió de vuelta el pasado domingo junto a su novia, Ana María Aldón. La empresaria se ha convertido en un pilar fundamental para Ortega Cano y fue ella también la que le esperaba en la puerta cuando salió del recinto carcelario el pasado 5 de enero.

 

El viernes regresaban los dos a la capital aragonesa tras pasar los días de permiso en Madrid junto a sus hijos, Gloria Camila y José Fernando. El ingreso se producía el domingo a las 10:35 de la mañana. Ortega entraba sereno ya que se pudo reunir con los profesionales de la clínica López Ibor que tratan a José Fernando, un tema que sin duda ha sido una de sus mayores preocupaciones en prisión.

 

José Fernando abandonaba la clínica de manera temporal para estar junto a sus padres. Allí se está tratando unos problemas psicológicos y durante estos días le hemos podido ver mucho mejor que hace algunos meses. Sin duda, esta mejoría y el poder estar junto a sus hijos mayores ha sido una alegría para el diestro, pero también el poder disfrutar de su hijo pequeño, José María, fruto de su relación con Ana María y que pronto cumplirá dos años.

 

Lejos de agotarse, la relación de la pareja sigue siendo muy fuerte y han pasado los seis días sin separarse ni un segundo, demostrando que ambos están muy enamorados. Tanto es así que Ortega Cano ha afirmado que tienen intención de casarse, una feliz noticia que, sin duda, le hará más llevaderos los días en prisión hasta que pueda obtener el siguiente permiso.