La repentina muerte del duque de Sevilla el pasado mes de mayo cogió a sus seres queridos por sorpresa; y más aún cuando, tan solo unos días atrás, la familia se había reunido para despedir a su hermano Alfonso.
Un doble varapalo para Olivia y Francisco jr, que se despedían de su progenitor a los 82 años, a pesar de presentar buena salud y sin tener indicios de enfermedad. Sabiendo esto, es normal que los hijos del duque quedaran no solo devastados tras su pérdida, sino también, en shock.
Olivia quiere ser duquesa
Apenas unas semanas después de este duro varapalo, la familia se reunía para celebrar una misa funeral, en la que Francisco, el menor de los hermanos, aseguró contundente que ni su hermana ni él habían hablado nada sobre el tema de la herencia, y, mucho menos, sobre quién pasaría a ser ostentar el título nobiliario que ostentaba su padre. Sin embargo, unos días después de estas declaraciones, saltaba a la prensa que Olivia había solicitado ser la nueva duquesa de Sevilla.
Olivia es la mayor de los tres hermanos y siente que ella debe de ser la digna sucesora de su progenitor, por lo que no dudó en solicitarlo, aunque su hermano Francisco asegurase que todavía “estaban de luto”, por lo que no habían podido sentarse a hablar sobre algo tan incómodo como es una herencia.
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Y lo cierto es que en una familia como esta hay abundante patrimonio que repartir. Conviene tener en cuenta no solo el origen de Francisco de Borbón, primo de Juan Carlos I y muy allegado a los hijos de este, especialmente a Elena, que siempre ha estado muy en contacto con la rama familiar paterna; sino, también, todo lo que el fallecido consiguió en vida.
Gran patrimonio y empresas
El padre de Olivia de Borbón, durante años, ejerció como Presidente de una importante consultora financiera como es Neftan, a través de la cual obtuvo destacados éxitos económicos, acertando con sus millonarias inversiones.
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Tal y como señala Vanitatis, Francisco de Borbón vivió una prolífica carrera dentro del mundo de las finanzas. Dirigió varios bancos como el inglés Hill Samuel & Co. Limited, también trabajó en para una entidad financiera de Miami, así como presidió el Cannon Group Iberoamérica. Pero, además de involucrarse en estos temas económicos, también probó suerte como empresario, encargándose de la creación de infraestructuras dedicadas a la “sanidad, la educación o la agroindustria”, tal y como señala el citado medio. De algunas de ellas, siguió al frente hasta el día de su muerte.
Todo ese devenir profesional le garantizó un solventísimo patrimonio que ahora tiene que ser repartido entre sus vástagos, amén de su ansiado título nobiliario, que ya ha empezado a generar malestar entre los hermanos.
Tensión entre heramanos
Y es que, mientras que Olivia asegura que le corresponde a ella ser la duquesa de Sevilla porque es la mayor de los descendientes, lo que, de manera unilateral, le ha llevado a empezar a mover toda la documentación necesaria para su solicitud, a Francisco no le ha hecho nada de gracia; ya que él ha hecho saber que el deseo de su padre era que él ostentara el ducado.
Olivia también ha dado un paso al frente en lo que respecta a la gestión empresarial de su progenitor. La aristócrata ya preside Kingnoi SA, una consultora cuyo activo, tal y como cifra Vanitatis, posee un activo calculado en 600.000 euros. No es la única empresa a la que Olivia también tiene acceso, puesto que Keka, que gestiona bienes inmuebles en Madrid, Barcelona o Sevilla, era gestionada, además de por su tío y por su padre, por ella misma. Esta es la verdadera ‘niña bonita’ de todo el patrimonio de Francisco de Borbón ya que le dejaba millonarios beneficios.
Propiedades que han sido empleadas con fines comerciales, pero, en lo que respecta a viviendas de uso y disfrute; Francisco, al final de su vida, solo poseía dos, una en Madrid y otra en Marbella, que la familia siempre ha usado en periodos de vacaciones.