Cuando su marido se murió, se fue a un buen restaurante a cenar con su hija. Y al abrir la carta, soltó: "Suerte que tu padre está muerto porque llega a venir, ve estos precios y se suicida otra vez". Nada era sagrado en la vida de esta mujer, ni siquiera ella misma, por lo que imaginen lo que era capaz de hacer con los demás. Hablamos de Joan Rivers, presentadora histórica de la televisión americana, quien falleció el jueves 4 de septiembre a los 81 años en el Hospital Mount Sinai, según confirmó su hija Melissa.

 

Rivers fue una de las primeras mujeres comediantes especializada en monólogos, creando una escuela que seguirían personajes como Roseanne Barr. Porque la voz de Rivers era una de las más mordaces, punzantes y valientes del panorama 'rosa' de Estados Unidos. Decía lo que quería y cómo quería con un sarcasmo que siempre arrancaba sonrisas.

 

De origen judío, se crió en la zona de la avenida Flatbush, en Brooklyn, en una época en la que el barrio neoyorquino todavía no estaba de moda. Ni mucho menos. A ella le gustaba saltarse las normas y se presentaba ante el público como una auténtica pija, con su corte de pelo arreglado, un jersey negro y el inefable collar de perlas. Pero su imagen elegante se iba al traste cuando abría la boca. "Se metía el dedo en la garganta para regurgitar la porquería de los ricos y famosos", ha escrito de ella 'The New York Times' en su obituario, donde se recordaba que nunca se amedrentó ante "los héroes nacionales y los sacrosantos ídolos culturales".

 

Rivers ingresó en el hospital por un problema de cuerdas vocales, pero sufrió entonces una embolia tras la que le fue inducido un coma. Hace pocos días, los médicos intentaban que saliera del coma. Fallecía el jueves a por la noche en hora española. Y, según The New York Times, la policía investigará su muerte.

 

En los últimos años presentaba un programa, 'Fashion police', donde como se pueden imaginar, no dejaba títere con cabeza. Con su pérdida, se esfuma su potencia, cargada de criterio, y su atrevimiento.

 

Veamos algunas de sus frases para saber de qué hablamos. Sobre Donatella Versace, dijo: "¡Esa piel! Se parece a alguna cosa que colgarías fuera de tu puerta en África". Sobre el peinado de Nancy Reagan: "Es a prueba de balas. Si se lo peinaran, encontrarían a Jimmy Hoffa". Sobre la reina Isabel II: "Se ve bien. No tanto como en su sello. Y lleva el reloj sobre los guantes, hortera". Sobre Charlton Heston: "Nos dijo, 'Tengo Alzheimer'. ¡Sorpresa! Ha estado llevando su peluca ladeada durante 19 años".

 

Contábamos que su marido se suicidó. En aquel momento estuvo un tiempo apartada de las cámaras. Al volver, comentó: "Hay dos tipos de amigos. Un grupo no quiere que llores. 'Venga, venga, que ya ha pasado una semana y media desde que perdiste a Joe. Sal de ahí. Suficiente'. El otro tipo de amigos no quieren verte de otra manera que no sea llorando. 'Tu marido se murió hace ocho años solamente, y ¿estás llevando ese vestido rojo?'".

 

Nada la calló, sólo la muerte. Pocos serán quienes sigan su estela, no es tiempo de valientes.