El músico BB King, considerado uno de los fundadores del 'blues', murió ayer en su casa de Las Vegas, a los 89 años de edad. Pese a que era exfumador, no bebía y era vegetariano, en los últimos años desarrolló una diabetes de tipo 2 que, en ocasiones, le dejaba deshidratado y tenía que ser ingresado. También padecía hipertensión. En octubre del año pasado se desvaneció en un concierto y tuvo que cancelar la gira que tenía programada, puesto que, a pesar de su avanzada edad, BB King seguía en activo. "Me jubilaré el día que me llame el de arriba", decía. En enero de 2015 volvió a ser ingresado y, hace algo menos de dos semanas, fue hospitalizado de nuevo, ya con un estado de salud muy delicado.

BB King, cuyo verdadero nombre era Riley B. King, había nacido en 1925 en una pequeña cabaña de una plantación de algodón de Itta Bena, Mississippi. Cuando tenía cinco años, su padre los abandonó y su madre se volvió a casar, pero el pequeño Riley creció al lado de su abuela. Con 12 años ingresó en el coro de gospel de la iglesia y recogía algodón en una plantación de la zona. Su primera guitarra le costó 15 dólares y los primeros acordes se los enseñó el predicador. En los años 40 se trasladó a Memphis, donde trabajaba como conductor de tractor, al tiempo que comenzaba a dar sus primeros conciertos de guitarra. Le apodaron 'Blues Boy', nombre que luego acortó por B.B., y su música pronto fue muy apreciada por saber combinar el espíritu del campo con el sonido de la ciudad. Su ídolo siempre fue Frank Sinatra, al que siempre se mostró agradecido por haberle abierto las puertas en Las Vegas a locales en los que, hasta entonces, solo actuaban blancos. Entre sus discípulos está Eric Clapton, con el que mantuvo una muy buena amistad.

Bautizó a su inseparable guitarra 'Lucille', en honor a la mujer por la que dos hombres que peleaban por ella incendiaron un hotel en el que él se hospedaba y del que escapó de puro milagro. A lo largo de su carrera obtuvo 15 premios Grammy, publicó más de 50 discos e ingresó en el Salón de la Fama del Rock en 1987. Se le consideró uno de los músicos más activos, llegando a ofrecer una media de 250-300 conciertos al año.