4 Motivos por los que adorar a Emma Ozores

Muchos creyeron que haría un papel en GH VIP pero se equivocaron

Motivos por los que adorar a Emma Ozores

Emma Ozores tiene una forma de ser muy parecida a la de su padre. Los dos son tremendamente parlanchines, abiertos, y dados al chascarrillo. Cuando se anunció su participación en GH VIP se pensó que esa actitud solo sería de cara a la galería, algo así como un personaje fingido, pero ella ya avisó en su vídeo de presentación que iba preparada para no ser nadie más que ella misma. Y ha conseguido conquistarnos a todos en menos de 48 horas en la casa.

Uno. Despojada de guiones y artificios, Emma continua siendo una mujer tremendamente inteligente y con un humor de lo más rápido y agudo. Eso nos encanta. Ella no necesita papeles en los que escudarse para ser graciosa, lo es de manera innata. De hecho, podríamos afirmar que son los personajes los que la necesitan a ella y no al revés, como ocurre tantas y tantas veces.

Dos. Durante la primera noche, rápidamente se hizo con la voz cantante de la casa. Se convirtió en una de las concursantes a tener en cuenta, y mientras que muchos observaban y calibraban, ella se quemaba a lo bonzo y se mostraba tal cual, sin estrategia ninguna. Un diez por su actitud. Estamos cansados de famosos que se las saben todas y que empiezan a urdir estrategias a la mínima de cambio. El público busca naturalidad y realismo, y en consecuencia con esto, así vota.

Tres. Realiza monólogos consigo misma, se muestra participativa, se relaciona con todos, tiene unos looks muy particulares (ojo, que al pijama de leopardo de Belén Esteban ya le ha salido digno sucesor) y, en definitiva, está disfrutando de la experiencia, pues pareciera que en vez de a por el maletín ha ido a unas colonias estudiantiles. Así da gusto.

Cuatro. Un detalle más de su genialidad: los nombres de sus perros, Taxi, Mi Sargento o Ahí va. La amamos fuerte.

Y mientras ella siga disfrutando, mejor nos lo hará pasar a nosotros. Porque en los realities nos ‘ponen’ los dos extremos, los que los viven como si fueran una condena en el purgatorio, y los que lo gozan y recuerdan como si fueran las mejores experiencias de sus vidas. O blanco o negro. No somos de grises.

Loading...