La fama y el éxito se pagan a un alto precio. A pesar de una vida de lujos, todo deja de ser normal y fácil, aunque sea esa la idea que queda de vender millones de discos como Maluma. Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad y cualquier salida de tono o actitud poco ejemplar se puede volver contra el famoso con mucha violencia. Situaciones desagradables que, en el fondo, combaten con las mismas armas que tiene cualquier mortal, por muchos coches, viajes, casas, fiestas y demás lujos que le eleven, aparentemente, a otra categoría diferente. Aunque parezcan de otro planeta, viven en el mismo que el de sus admiradores y detractores pero parece que por su condición de estrellas puedan (y deban) aguantar la presión y encajar los golpes de la vida mejor que el resto.
Y lo que ha querido dejar claro Maluma es precisamente que esto no es así. Que la fama es un arma de doble filo, aunque suene a cliché. La reflexión y el poso amargo de sus palabras han dejado a muchos de sus seguidores preocupados, pues el cantante habla veladamente de sacrificios y momentos complicados por los que ha tenido que pasar para convertirse en Maluma. "Nadie sabe que hay detrás de la vida de los artistas", escribe sin querer que suene a lamento, "nadie se imagina por las cosas que uno tiene que pasar para ser "Exitoso". ¿Qué son todas esas experiencias tan duras que ha vivido el artista en sus propias carnes y que le han llevado a sacar con tanta franqueza estas preocupaciones?
"Yo solo pido salud para seguir acá de pie hasta el día que ustedes quieran. Los amo y no se olviden que todos somos iguales, reímos y lloramos, tenemos nuestros defectos y nuestras virtudes", ha continuado para acabar haciendo una reivindicación muy personal: "¡Antes de existir MALUMA siempre ha estado JUAN LUIS!".