4 de abril de 2022, 14:42
Miguel Bosé y Nacho Palau llegan a un acuerdo por el bien de sus hijos
Los cuatro niños de la expareja han alternado el verano entre el chalé del cantante en Somosaguas y Chelva, el pueblo en el vive el escultor
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Pelea judicial
En octubre de 2018 la tranquilidad de Miguel Bosé saltaba por los aires. Fue entonces cuando su pareja durante más de 26 años, Nacho Palau, lo demandó para defender “sus derechos y los de sus hijos menores”. Un paso que no solo hacía oficial su discreta relación, sino que también ponía sobre la mesa los problemas para llegar a un acuerdo por los pequeños.
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Vidas separadas
La pareja tiene cuatro pequeños, todos ellos concebidos por vientres de alquiler. Tadeo y Diego son hijos biológicos del cantante, mientras que Ivo y Telmo lo son de Nacho Palau. Los menores se criaron juntos toda su vida, hasta que sus padres decidieron iniciar vidas separadas en el verano de 2018. Desde entonces, no se habían visto en persona.
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Llegan a un acuerdo
Sin embargo, estas vacaciones se ha producido el reencuentro. Sus padres llegaron a un acuerdo antes del verano para que se establecieran medidas cautelares referidas al régimen de visitas de los hermanos. Así, durante los meses estivales, los pequeños han pasado una semana con Bosé y otra con Palau hasta que Tadeo y Diego han regresado a México con el cantante.
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Dos estilos de vida diferentes
Con Miguel Bosé, los niños se han alojado en la vivienda que el cantante posee en la urbanización Somosaguas de Pozuelo de Alarcón, en Madrid. Un estilo de vida muy parecido al que tenían antes de la ruptura. Con Nacho, en cambio, los pequeños han estado en el municipio de Chelva, donde actualmente reside el escultor. Allí, han podido relajarse lejos del foco mediático entre los apenas 1.500 habitantes con los que cuenta el pueblo.
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Un emotivo reencuentro
Un reencuentro que, además, no estuvo exento de emociones. “Al principio hubo muchos abrazos y muchas ganas de contarse todo lo que no habían podido durante este tiempo”, asegura una persona próxima a El País. Sin embargo, poco después todo volvió a la normalidad: “Unas veces se adoraban y otras se peleaban como pasa con todos los hermanos”:
En el verano de 2018, Miguel Bosé y Nacho Palau ponían fin a más de 26 años de relación. Meses después, comenzaba una guerra judicial debido a que el escultor lo demandó para defender "sus derechos y los de sus hijos menores". Un paso que ponía sobre la mesa la imposibilidad de llegar a un acuerdo por los pequeños. En concreto, la expareja tiene cuatro niños en común, concebidos por vientre de alquiler. Tadeo y Diego son hijos biológicos del cantante, mientras que Ivo y Telmo lo son de Palau.
Los menores se criaron toda su vida juntos, hasta que sus padres decidieron separarse. Desde entonces, no se habían visto en persona. Hasta este verano. Sus progenitores llegaron a un acuerdo antes de las vacaciones para que se establecieran medidas cautelares referidas al régimen de visitas de los hermanos. Gracias a ello, los pequeños han podido pasar alternar una semana con cada uno de los padres, hasta que Tadeo y Diego han regresado a México con Bosé
Durante su estancia con el cantante, los pequeños se han alojado en la urbanización Somosaguas de Pozuelo de Alarcón. Con Nacho han vivido un estilo de vida totalmente diferente, al estar en Chelva, donde actualmente reside el escultor. Allí han pasado desapercibidos entre los apenas 1.500 habitantes con los que cuenta el pueblo.
Un reencuentro entre hermanos muy emotivo, tal y como ha asegurado una fuente próxima a 'El País': "Al principio hubo muchos abrazos y muchas ganas de contarse todo lo que no habían podido durante ese tiempo. Después volvió la normalidad y unas veces se adoraban y otras se peleaban como pasa con todos los hermanos".
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