Eran una de las parejas más estables de nuestros actores patrios. Manuela Vellés y Miguel Ángel Muñoz llevaban algo más de tres años y parecían estar de lo más unidos cuando, para sorpresa de todos, las cosas empezaron a torcerse.

Durante el año 2015 ambos estaban inmersos en diferentes proyectos. Manuela aún formaba parte del elenco de ‘Velvet’ y Miguel Ángel se encontraba rodando ‘Sin Identidad’. Siempre fueron una pareja muy discreta y jamás quisieron posar juntos a un photocall aunque acudieran juntos a la premier, fiesta o presentación de turno. Tampoco hablaron de su relación, pero si aprovecharon las redes sociales para ayudarse el uno al otro a promocionar sus ficciones.

El verano de ese mismo año las cosas cambiaron, el personaje de Manuela en la serie desapareció y Miguel Ángel terminó su rodaje, pues ‘Sin Identidad’ cerró la trama y echó el cierre. Mientras él empezó a viajar para probar suerte fuera de España y perfeccionar otros idiomas, ella comenzó con una obra de teatro, ‘El burlador de Sevilla’ en la que compartía cartel con Álex Garcia.

La química entre los compañeros de escena traspasó el escenario y el amor que se debían profesar en ficción llegó en la vida real. Unas fotos de los dos abrazados y dándose besos por la calle hicieron saltar todas las alarmas y desde ese momento, jamás hemos vuelto a ver juntos a Manuela y Miguel Ángel. Todo hacía pensar que la ruptura entre ellos no habría sido muy cordial dadas las circunstancias, pero no hicieron comentario al respecto.

A principios de 2016 supimos que Álex García había vuelto con la también actriz Verónica Echegui con la que llevaba 5 años de relación. Manuela se quedó compuesta y sin novio y Miguel Ángel dice estar abierto a que le llegue el amor cuando le tenga que llegar.

Para él está siendo sin duda un año de mucho éxito, en las últimas semanas no ha dejado de escucharse su nombre, era el favorito para ganar MasterChef Celebrity y al final se alzó con el premio. Cuando a su ex, en la fiesta final de ‘Velvet’, se le preguntó si ya era un cocinero, respondía sonriendo “claro que sí”.

De ello se deduce que o bien la ruptura fue más cordial de lo que se creía o bien el tiempo transcurrido ha curado las heridas y solo queda el cariño, porque, además, a pesar de no ser muy dada a hacer declaraciones personales, Manuela quiso apuntar que “me alegro por todo lo bueno que le pase”.