Por AMADEU GARCÍA

 

Puede que, lejos de las piscinas, se sienta como un pez fuera del agua. Tal vez sea una explicación demasiado simplista, pero lo cierto es que el comportamiento de Michael Phelps en su vida privada ya le ha dado demasiados disgustos. El deportista olímpico más laureado de todos los tiempos podría haber vuelto a tropezar con un antiguo enemigo: el alcohol. Cerca de las dos de la madrugada del 30 de septiembre, según ha publicado el portal TMZ, bien conocido por recoger los más variados cotilleos sobre famosos, Phelps fue arrestado por conducir bajo los efectos del alcohol. Otra vez. El cargo inicial iba a ser exceso de velocidad. No obstante, según esta misma fuente, los agentes notaron que el nadador se encontraba en un aparentemente evidente estado de embriaguez. Tras ser multado, de acuerdo con lo publicado en el portal estadounidense, fue puesto en libertad y estaría actualmente a la espera de juicio.

 

De confirmarse, sería la segunda detención del famoso nadador por conducir bajo los efectos del alcohol. La primera se produjo hace casi diez años, en noviembre de 2004, cuando Phelps apenas contaba con 19 años de edad. Fue arrestado en Maryland, pero llegó a un acuerdo con la fiscalía. Decidió declararse culpable a cambio de 18 meses de libertad vigilada. También tuvo que pagar una multa de 250 dólares, dar varias charlas ante adolescentes sobre los peligros de conducir borracho y asistir a una reunión de una asociación de madres contra el consumo de bebidas alcohólicas. En aquel entonces, el nadador insistió que se había tratado únicamente de “un incidente aislado”. “Me he fallado a mí mismo y le he fallado a mi familia... Creo que le he fallado a un montón de gente de este país”, confesó poco después del incidente en el programa Today Show.

 

También ha tenido problemas con el consumo de otro tipo de sustancias. En febrero de 2009, se publicó una foto en la que se le veía con una pipa de cristal que se usa, entre otras cosas, para consumir marihuana. Eso le costó la pérdida de uno de sus patrocinadores, Kellogg's, y una suspensión de tres meses por parte de la federación estadounidense de natación. El propio Phelps, una vez más, no dudó en admitir su culpabilidad. “Tengo 23 años, y pese al éxito que tuve en la piscina, actué de manera juvenil e inapropiada, no del modo que la gente espera de mí. Lo lamento, le prometo a mis seguidores y al público que no sucederá de nuevo”, señaló en declaraciones recogidas entonces por el diario USA Today.  No hubo juicio penal contra el deportista y el Comité Olímpico Internacional (COI) tampoco quiso imponerle un castigo mayor del que ya le había aplicado la federación estadounidense. “Michael Phelps es un gran campeón olímpico. Se disculpó por su comportamiento inadecuado. No tenemos motivo para dudar de su sinceridad ni de su compromiso para seguir cumpliendo un rol de modelo", señalo la entonces portavoz del COI, Emmanuelle Moreau.

 

Puede decirse que 2009 no fue precisamente un buen año para Phelps. En agosto, se vio involucrado en un accidente de tráfico en Baltimore, del que salió prácticamente ileso y del que no tuvo ninguna culpa. Explicó que, una hora y cuarto antes, había bebido una cerveza, pero no fue sometido a prueba alguna, dado que los agentes no vieron signos evidentes de que se encontrara en estado de embriaguez. Además, el accidente había sido provocada por la otra conductora implicada, Amanda E. Virkus, que se había saltado un semáforo en rojo. No obstante, el nadador tuvo que comparecer de nuevo ante un juzgado. En esta ocasión, por conducir con un carnet caducado y de otro estado, una falta que no conlleva ningún tipo de multa, pero sí la obligatoriedad de obtener un nuevo permiso de conducir.

 

Su carrera en las piscinas, desde luego, ha sido mucho más brillante, con un fulgor inequívocamente dorado. No en vano, atesora 18 medallas de oro olímpicas, 11 de ellas conseguidas en competiciones a título individual, dos más de plata y dos de bronce. Con 22 medallas en total, es el deportista más laureado de la historia de los Juegos Olímpicos. Una leyenda forjada en las citas de Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012. Aunque se retiró de las piscinas tras estos últimos Juegos, en abril de este mismo año anunció su intención de regresar a la competición. No tardó mucho en reencontrarse con las mieles del triunfo. En mayo, en los 100 metros mariposa de un evento celebrado en Charlotte, Carolina del Norte, llegó su primera victoria. Un nuevo comienzo que podría verse empañado de nuevo por su disoluta vida privada.