Como Willy Fogg, Cayetano Rivera también ha dado la vuelta al mundo en 80 días. Lo suyo no fue por una apuesta, sino que tenía fines solidarios La Fundación Yo Niño. La decisión la tomó pocos días después de que su relación con Eva González se rompiera. Dice que la sigue queriendo muchísimo, pero durante casi esos tres meses fuera de España cambió de móvil y dejó el mail aparcado. Quería disfrutar de la experiencia con los cinco sentidos y no tener la cabeza en otra parte. Y el viaje, como suele ocurrir, no sólo ha sido una desplazamiento vertiginoso por al globo, sino también algo personal. Confiesa que vuelve un poco trastocado e impresionado, sobre todo, por los niños que ha visto. Visitó decenas de orfanatos, vivió sus necesidades, muchas veces básicas, pero aún así, sin nada, siempre le recibían con una sonrisa. Quizás por eso las ganas de ser padre se han acentuado. Le gustaría ser padre de familia numerosa. Le faltaría esa mujer que consiguiera volverlo a pasar por el altar. ¿Cómo sería ella? “Yo a una mujer no le pido nada”.

Recién llegado, ¿no?

Sí. Llegué el lunes.

¿Mucho jet lag?

No mucho tampoco… Tengo un rebujito de horarios, eso sí. ¿Sabes qué? Jet lag no ha habido nunca mucho tampoco porque los saltos no han sido grandes. Además, he ido intentando descansar en los momentos que podía, en los aviones, en los coches y demás. El último destino fue Noruega y allí no anochece ahora, entonces era muy extraña la sensación.

¿Contento por la experiencia?

La experiencia ha sido fantástica por supuesto. Ünica. Irrepetible. Sobre todo, porque creo que no podré disponer otra vez de 80 días para quitarme de en medio (risas). Y desde luego ha sido una experiencia que ahora también necesito un poco de tiempo para poderla asimilar. Todo era muy rápido. Tres días en un país para cambiar a otro. Cambiar de ciudades en el mismo día. Ahora, con el tiempo, podré asimilarlo todo y disfrutarlo incluso todo más.

¿Cómo estás de la pierna?

La pierna no me ha dado demasiados problemas como para interrumpir el viaje que era lo que más me preocupaba. Me fui a un mes del percance y desde luego que ha habido actividades en las que he sufrido un poco más y todavía aún me resiento un poco, pero no ha sido nada que me haya impedido llegar hasta el desenlace del viaje tal y como estaba previsto.

¿Este viaje ha sido la experiencia más gratificante de tu vida?

Desde luego que ha sido una de las experiencias más especiales, pero torear también fue para mi una experiencia muy importante en mi vida. Éste ha sido un reto. Irte 80 días, con tanto movimiento… Comentaba antes que haciendo el cálculo, he recorrido 80.000 km. El mundo del norte a sur y de este a oeste. Y he conocido diferentes culturas que no conocía antes, tradiciones, la gastronomía, la gente… Y también el motivo y el mensaje del viaje, por lo que ha venido todo: las visitas que hemos hecho a diferentes fundaciones, ver qué necesidades tenían, los orfanatos… Y en todos ellos, siempre la misma felicidad. Los niños te reciben de la misma manera. No importa si estás en Uganda, en Cambodia… Es igual. Los niños te transmiten esa inocencia y esa alegría que, viendo las necesidades que tienen, te quedas impresionado.

El viaje, imagino que también te habrá cambiado a ti.

En un viaje así te cambian cosas, sí.

¿Te ha trastocado?

Sí.

¿Cómo ha sido esa transformación en Cayetano Rivera?

En primer lugar, el concepto de la distancia ya no es para mí el mismo, eso te lo puedo asegurar (risas)

Me refiero al interior…

Por supuesto que ha sido un viaje interior. Te encuentras con que en cada país cada persona lleva dentro su propio mundo que al final es muy parecido al nuestro, con las mismas preocupaciones, con las mismas ilusiones… Y lo que no cambia nunca son los niños. Son iguales en todas partes. Siempre te reciben con muchísimo cariño, con alegría y con eso solo ya aprendes, te enseña.

¿Qué es lo que más te ha sorprendido?

Hoy, con los medios que tenemos, antes del viaje, te preparas y te preocupas por conocer lo que vas a visitar. Me ha sorprendido conocer tantas diferencias, lo que te enseña a aprender de ellas y a coger lo bueno, que es mucho, y a saber que no todo tampoco es de color de rosa.

Pongámonos más frívolos. De todos los lugares que has visitado, si tuvieras que recomendar uno como lugar de viaje de novios para tu hermano Fran y Lourdes ¿cuál elegirías por ejemplo?

…Mmmm… para pareja de novios, la Polinesia. Hay muchos destinos interesantes, pero si me dices para estar en nido de amor, la Polinesia sin duda.

¿Te has comunicado con Eva? ¿Cómo es tu relación con ella?

Mi relación con Eva es siempre fantástica. Desde el principio siempre lo ha sido.

Sin embargo, no ha sido invitada a la boda de tu hermano Fran, ¿no?

Bueno, esas son decisiones personales. Ellos han entendido que no era procedente. No habría pasado tampoco nada de haber venido porque, como te digo, mantengo una relación fantástica y yo la quiero muchísimo.

¿La decisión fue por ti?

(risas) no, no. Yo he estado en el viaje. Desconectado. Dejé el mail, cambié de teléfono, precisamente para intentar vivir el viaje con todo, porque si no, estás pendiente de otras cosas y yo quería recibir la experiencia entera, con todo.

¿Como vives la boda de Fran y Lourdes?

Pues ya está aquí como quien dice. Con muchas ganas. Con mucha ilusión porque se casará en la Capilla de nuestra Hermandad, la Esperanza de Triana, que es muy importante para nosotros, donde estamos muy vinculados, desde que nacimos, y que nos traerá muchos recuerdos. El primero, el de mi madre. Ese recuerdo estará muy presente, en todo momento, pero también será un día para celebrarlo, para disfrutarlo y para estar todos juntos.

¿Cuándo te veremos pasar por ese mismo altar?

Uy, quién sabe. Yo no nací en Sevilla, pero viví en Sevilla muchos años. Toda mi niñez y casi todos los días pasábamos por esa capilla. Para mi es muy especial. Sevilla es una ciudad muy nuestra. Pero quién lo sabe…

¿No te apetece formar una familia?

Claro que quiero tener familia, pero todo en su momento.

¿Qué le pides a una mujer para enamorarte?

Yo no le pido nada (risas) Esas cosas tienes que sentirlas y si las sientes estás y si no las sientes, no estás. No es cuestión de buscar conscientemente a una persona porque se asemeje a ti en algo.

Y después de ver tantos niños durante tu viaje, lo de ser padre…

Tengo ganas de ser padre, pero no de ahora, ya de antes y si que me encantaría poder tener una familia grande y disfrutarla, pero tampoco he tenido una vida que se prestara por mi profesión, tanto viaje, y tanto riesgo, estar cara a cara frente a un toro, te obliga a estar dispuesto a todo.

Y, ahora ¿qué Cayetano?

He estado cursando unos estudios y ahora estoy viendo unas inversiones para extranjeros. Y luego tengo otras cosas de menor nivel.