Hay pocos sentimientos tan malos difíciles de soportar como el de decepcionar a una persona querida. Chelo García-Cortés acababa inundada en lágrimas este martes en 'Sálvame', después de que María Patiño, vía telefónica, le dieran un "tirón de orejas" y afirmara que se sentía engañada por una persona que consideraba una gran amiga. De nuevo, ha quedado patente que la marcha de Kiko Matamoros de 'Sálvame' no queda reducido a un simple adiós, sino que ha abierto brechas entre sus compañeros.

María Patiño, con la voz quebrada, afirmaba sentir un gran desengaño después de haber querido defenderla al decir que suavizó el contenido de una entrevista reciente que Matamoros había concedido a Chelo. Sin embargo, lo que no se esperaba es que su compañera la contradijera y que ni siquiera se pusiera en contacto con ella para aclarar las cosas entre ellas. ¿Por qué 'tapó' a Matamoros? ¿Por qué se comportó así con la presentadora de 'Socialité'?

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García-Cortés desde plató, escuchaba atentamente a María quien, desde el otro lado del teléfono, revelaba el verdadero móvil de Chelo durante la entrevista a Kiko: "Lo ve tan anímicamente mal que decide no poner determinadas cuestiones en las que habla de Mila y de Belén, porque él no estaba preparado para enfrentarse a sus compañeras, (...) y ya quería abandonar el programa".

"Cuál es mi sorpresa una vez más que me encuentro el doble lenguaje de mi compañera Chelo, donde desmiente a Kiko Matamoros y que tiene pruebas para decir que lo que estoy contando es absolutamente mentira", declaraba Patiño con decepción mientras Chelo no podía levantar la mirada. Por otra parte, no le dejó de indiferente que Chelo mostrara una absoluta "falta de rencor", después de lo duro que ha sido Matamoros con ella.

Desde la más absoluta sinceridad, Patiño le acabó diciendo a Chelo que sentía "una gran pena", no solo por haber confiado en ella, sino porque "estaba esperando una llamada de ella desde el viernes. Y estamos a martes". Reconocía que "Chelo es buena tía y cuando ve a alguien mal, intentan ayudarle" pero, desde el dolor, se daba cuenta de que "había sido engañada".

¿Por qué no se habían puesto en contacto antes si su relación de amistad es cristalina y es a prueba de bombas? "Quise hablar con Chelo para resolverlo entre las dos y no recibí nada de respuesta", afirmaba Patiño, "pues yo no sé si voy a seguir creyéndola, pero no me voy a sentir mal por creer a una amiga y a una compañera". Chelo, hundía su rostro entre sus manos, y dejaba intuir que estaba inmersa en unos problemas personales de costoso desarrollo y que la tienen totalmente "hundida" y "jodida".

"Lo único que te puedo decir es que no te llamé por teléfono y no he reaccionado hasta hoy, porque te quería ver. No estaba ni en condiciones anímicas para coger el teléfono, María, no por este motivo sino por otros y me vas a permitir que no lo haga público. Lo siento María, estoy muy jodida", decía mientras las lágrimas caían de sus ojos azules. "Yo no quería más líos, de los que tenía encima y, cobardemente, le puse ese mensaje", se disculpaba y confesaba: "soy valiente en muchas cosas de mi vida, pero ahora me siento tocada".

María entendía perfectamente a su amiga y suavizaba el tono para zanjar el problema que había surgido entre ellos: "Lo prioritario eres tú y que tires para adelante y sabes que voy a estar aquí siempre pase lo que pase, pero a veces hay que tirarnos de las orejas".