Por primera vez, los hombres han tenido que ceñirse al “dress-code”, que para esta Gala del Met era “White Tie and Decorations”, corbata blanca y condecoraciones, una forma de decir que se requería etiqueta estricta.

Pocos han dado la nota y han querido pecar de excesivos, de hecho, con ellos siempre pasa lo contrario, que se quedan cortos y acaban por resultar aburridos.

Sin duda, nuestros preferidos de la noche han sido Matt Bomer y Joshua Jackson, el primero por clásico, pero también por elegante, y el segundo por darle una vuelta de tuerca a la americana y apostar por la prenda en su versión bicolor.

Dinos, ¿quién fue tu invitado masculino a la Gala del Met favorito?