Lolita Flores ha cautivado a toda la audiencia teatral con su interpretación de uno de los personajes clave de la historia de nuestra cultura, la Poncia; la criada de la 'La Casa de Bernarda Alba'. Una función con un significado muy especial, puesto que es la que le hubiera gustado interpretar a su madre, Lola Flores.
¿Cómo ha sido interpretar esta obra en un teatro tan importante como es El Español?
—Yo he sido mucho de la zona de la Plaza de Santa Ana, que es donde está este teatro, de tomarme mis copitas en la Plaza de Santa Ana, de un café que ya no existe y al que mi padre me llevaba desde que era muy pequeñita. Siempre veía la portada de ese teatro y nunca pensé que pudiera estar en uno de sus carteles.
Esta obra es especial porque tu madre quiso hacerla.
—Tenía su espinita de que no la valoraran como una gran actriz dramática, que lo era, pero era otra época. A mi madre, si hubiera vivido y me hubiera visto hacer La Plaza del Diamante le hubiera encantado hacerla, o Fedra.
Tú eres muy Poncia, una mujer libre con un corazón muy sensible bajo su coraza.
—Sí, sí lo soy. Tengo la fortaleza que tengo que tener pero, si rascas, claro que soy sensible. Y sí, soy una mujer muy libre, me enseñaron a ser libre desde muy pequeñita, sin perder el respeto, la admiración, el decoro y la educación.
@lolitafoficial
¿Es algo que también has inculcado a tu familia?
—A mis hijos, a mis nietos, que son muy pequeños pero ya son libres. Ellos ya deciden lo que se ponen y lo que no se ponen y de qué se quieren disfrazar en Halloween. En el último cumpleaños me tocó disfrazarme de pirata, pero también me ha tocado disfrazarme de Catwoman, me han tocado varios.
Has dejado atrás los 65 años pero vas a seguir en los escenarios mucho tiempo, ¿no?
—Muchísimo, ¿cómo voy a pensar en una retirada si acabo de empezar? Lo único que le pido a Dios es que me dé salud para poder aguantar las giras, que son duras. Que vas de cama en cama, de hotel en hotel, del tren al avión y al coche.
¿Pesa?
—Pesa, pero cuando te pesa te metes en la cama a ver series y se te despeja la cabeza.
Cuando te dieron el Goya, hubo una época en que llegaste a pedir trabajo prácticamente y ahora no te falta.
—No, lo único que a partir del Goya hice poco cine. Yo no me he quejado nunca. Si no hubiera tenido trabajo habría hecho como Bette Davis, habría puesto un anuncio en el periódico. Gracias a Dios, no he tenido que llegar a esos límites.