La lección de feminismo que Tamara Falcó aprendió de su madre

La ‘socialité’ comparte aquello que Isabel Preysler le enseñó tanto a ella como a sus dos hermanas

Lluís Bou

6 de marzo de 2017, 17:16

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Tamara Falcó dijo hace muchos años, en una entrevista con Ana Rosa Quintana, que su personaje histórico preferido había sido Robin Hood. Adorable. Seguro que pensaba en la versión de dibujos de Disney. Pero cuando habla de referentes feministas parece tenerlo más claro y se declara fan todo aquello que aprendió de su madre, Isabel Preysler. ¿A que nunca os habíais imaginado a la filipina como una figura a la altura de Simone de Beauvoir? Pues ella sí.

“Mi Madre siempre ha tenido una unión muy especial con sus hijas y así nos lo ha hecho saber. Debe ser el rasgo #Preysler”, empieza contando en las redes sociales, “siempre nos ha educado sabiendo que éramos distintas a los hombres pero no por ello inferiores. Con su vida nos ha dado ejemplo de ello”. Parece que Tamara está muy contenta con la fémina que le dio la vida y que también fue tremendamente moderna y avanzada para una época en la que solo se esperaba de ella que trajera hijos al mundo y sonriera solícita al lado de su pareja. Ella pronto se supo desmarcar de todas sus relaciones y descubrir al mundo que si había alguien digno de admiración, esa era ella.

Tamara, además, ha subido a Instagram tres fotografías que corresponden a unos retratos que el artista Luis Pinto Coello realizó tanto de Chábeli, como de Ana y de ella. “Estos retratos decoran su salita de estar personal, junto con uno suyo, de un artista que desconozco. Solamente nosotras en las paredes. Creo que mi madre, inconscientemente, siempre ha reivindicado en silencio el espacio que merecen las mujeres y ella empezaba por su casa”, explica. Para ella este gesto es toda una declaración de intenciones que la ha estado haciendo reflexionar estos días. Al final, con su característica ternura, añade “tampoco habría pasado nada por dejar un huequito a Julio o a Enrique, porque estos cuadros son de metro y medio 😂🤣😏”.

Ella agradece todo cuanto ha aprendido, y continua aprendiendo, de su madre y le da las gracias, y todo a raíz de las ranciunas declaraciones del diputado polaco Janusz Korwin-Mikke, en las que dijo que las mujeres eran inferiores al hombre y que, por ese motivo, no podían aspirar a cobrar lo mismo. Ascazo. Suerte que para contrarrestar tanta negritud de alma existen en el mundo personas como Tamara. No todo está perdido.

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