Laura de la Isla, una estrella emergente

Laura llega corriendo. Viene en zapatillas, porque los zapatos bonitos, los que todavía le provocan daño y tienen un tacón de vértigo, no le hacen sentirse cómoda. Mejor así. Está nerviosa y no la culpo. Dentro de unos minutos se pondrá delante de una audiencia que valorará con sus risas, sus lágrimas resbalando por las mejillas y sus aplausos su trabajo en una de las películas de las Navidades, ‘Barcelona nit d’hivern’. Todo irá como la seda, la gente se quedará encantada, se emocionarán, se sentirán cómplices con lo que ven la pantalla y saldrán reconfortados. Pero claro, eso todavía no lo sabe. Ahora, a las 18,30, solo conoce su nerviosismo ante el inminente estreno.

Charlo con ella en un hotel cerca de los céntricos cines en los que se llevará a cabo la premiere. Me habla de su Anna, su personaje en la película, que ya nos enamoró en la primera parte del film de Dani de la Orden (‘Bacelona, nit d’estiu’), y me describe en qué ha cambiado. “En la primera película, Anna era una estudiante mallorquina, pero ahora nos la encontramos un par de años más tarde, sigue siendo igual de viva y tiene el mismo carácter, pero ahora ha madurado. Se enfrenta a su primer trabajo, ya que ha empezado como becaria en una agencia de fotografía. Está muy emocionada con la oportunidad, pero tiene algunos problemas con su jefe (el personaje de José Corbacho) y con los trabajos que este le pide. Así que ahora tiene que defender esta posición, si quiere mantener una estabilidad en una ciudad como Barcelona”. Después veré que Corbacho como jefe impone un miedo atroz, y que no me gustaría que me dijera eso de “¿ves esta pila de curriculums?”. Escalofríos me entran. Así comprendo mucho más a su personaje y sus ganas de hacer DE TODO para conseguir una exclusiva. Una exclusiva, por cierto, con Alberto San Juan, cuyo personaje es un rey mago que desea recuperar al que fue su primer y único amor.

“Desde el principio trabajé muy bien con él, porque lo pone muy fácil. Ha sido una labor mano a mano y he podido aprender mucho de él, porque siempre lo había admirado y esta historia a su lado ha sido una verdadera oportunidad”, me confiesa; y se apresura para revelarme que, el día de mañana, le encantaría ser una chica Medem (de esas que hablan bajito, les brillan los ojos y tienen lo que los franceses llaman ‘charm’), y, puestos a soñar, darle la réplica a Bardem, con el que comparte maestro. Los dos han salido del estudio de Juan Carlos Corazza.

Al ser de las actrices que están tanto en una como en otra peli, me intereso por cómo ha cambiado la producción. Dani hizo el primer film con bastante menos apoyo, pero tras revelarse como todo un éxito, en esta segunda parte ha contado con más inversores. “Ahora hemos podido hacer todo mejor. Hemos tenido más medios, más tiempo… hemos podido disfrutar de todo más, desde la escritura del guión hasta la postproducción”. Disfrutar. Qué bonito suena. Porque se nota que ella y todo el (enorme) equipo verdaderamente han disfrutado haciendo un proyecto tan luminoso y divertido.

Admite que existe algo de presión. “Sí, porque queremos que esta segunda parte tenga el mismo calado que la anterior, aunque la esencia es la misma y eso se ha respetado”. Les digo una cosa a los fans de la noche de verano: quedad tranquilos, porque la de invierno la vais a AMAR fuerte.

La reclaman, todos la quieren saludar. Ella tiene que subirse a los andamios que lleva en el bolso y me deja con una frase que me acompañará toda la película. “La gente entre 25 y 35 años se van a sentir especialmente identificados”. Y así será. No puedo evitar sentir cierto pudor cuando veo según qué escenas, porque son reales. Son la vida. Son mi vida.

Y Laura se cambiará las zapatillas por los salones negros, se quitará el plumas en el que viene envuelta y usará su bolso de mano (del joyero Andrés Gallardo) como un escudo que solo atraerá las felicitaciones de todos tras la proyección. Y, al fin, respirará satisfecha.