La muerte de Jesús Hermida pilló a todos desprevenidos. Había alcanzado la inmortalidad televisiva al relatar en español la llegada del hombre a la luna. Pocos pensaron que algún día su voz se apagaría, pero, como ya decimos, sólo un icono como él es capaz de sobrevivir a su fallecimiento, a sobreponerse al tiempo, de vivir en el recuerdo de miles y miles de personas. La voz de Hermida forma parte de nuestra historia, al igual que lo hace la huella de Neil Armstrong sellada sobre la superficie lunar.

 

Sus compañeros de profesión, presentadores, periodistas, gente que trabaja en la televisión y en la industria del entretenimiento, se han volcado recordando al que muchos llaman 'maestro', pero con el que sólo unos privilegiados pudieron trabajar. Así se despiden de su mentor, las 'Chicas y Chicos Hermida' y los que siempre soñaron con serlo.