Por SILVIA TAULÉS

 

La infanta Cristina ha sido desimputada del principal delito del que se la acusaba: blanqueo de capitales. Los tres jueces de la Audiencia de Palma han decidido mantener solamente "delitos contra la Hacienda Pública en los ejercicios de 2007 y 2008", lo que supondría como mucho una multa de 500.00 euros.

 

Sus abogados, Miquel Roca y Jesúsu María Silva, celebraron esta mañana la decisión judicial en parte, puesto que, tal como ellos mismo reconocieron, "se ha desestimado la acusación más grave" que se le imputaba.

 

De este modo, la infanta podría librarse de juicio si se decidiera seguir la 'doctrina Botín'. Según esta jurisprudencia, un imputado no tiene por qué sentarse en el banquillo si no existe acusación pública o particular. La Fiscalía ya ha dicho en reiteradas ocasiones que no piensa pedir su acusación. Sería el sindicato Manos Limpias el encargado de presentarla. El futuro de la infanta queda así de nuevo en manos del juez José Castro.

 

Seguramente no haya ni juicio

Lo ha repetido varias veces el abogado Silva, quien señala que "el próximo paso importante es el auto de apertura de juicio oral". Se refiere a la decisión del juez Castro, que debe estimar si la acusación particular tiene "legitimación procesal para mantener la acusación". Lo que siginifica que la infanta podría librarse de un juicio.

 

Mientras tanto, la mujer del ex socio de Iñaki Urdangarin, Ana María Tejeiro, sigue imputada, algo que seguramente enfurecerá a la defensa de Diego Torres, uno de los responsables de que saliera a la luz la información que ha hecho tambalear los cimientos de la Casa Real. 

 

La infanta Cristina conoció la noticia en su casa de Ginebra, donde vive desde hace más de un año, cuando decidió abandonar Barcelona por la presión que sufría su familia. Sobre todo sus hijos, vícitmas incluso de acoso en el Liceo Francés en el que estudiaban.

 

La desilusión de la infanta

Con todo, la hija menor de los reyes Juan Carlos y Sofía no recibió la noticia con satisfacción. "A la infanta no le tiene que hacer ninguna ilusión que sus tesis hayan sido solo estimadas en parte", ha dicho Roca ante las puertas de su despacho, en la calle Aribau de Barcelona.

 

El abogado Jesús María Silva declaraba esta mañana a las puertas de su despacho que su cliente "es una persona serena, tranquila, que no se deja llevar por las pasiones radicales" y es así como esperaba la decisión del juez. La infanta se encuentra "fuera" porque "su presencia en Barcelona no servía para nada".

 

Este viernes se resolvía sobre los 14 recursos presentados contra la segunda y definitiva imputación de la infanta, que se decidió en enero de 2014. El juez José Castro, responsable del Caso Nóos, decidió que la hija menor de los todavía reyes debía responder por un posible delito fiscal y de blanqueo de capitales.

 

Pese a tener en contra la opinión del fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach, quien ya logró desimputar a la infanta en 2013, tras haber sido reclamada en el banquillo de los acusados por el juez Castro. La Fiscalía Anticorrupción presentó un recurso ante la Audiencia Provincial contra la primera imputación. Recurso que fue admitido. Dos imputaciones diferentes en la misma investigación judicial dejan huella. Tal y como admitía esta mañana Silva: suceda lo que suceda, la infanta deberá declarar con toda seguridad.

 

Por Aizoon

Pero curiosamente, la hija menor de don Juan Carlos no se sentó ante el juez de Palma de Mallorca por Nóos, como pretendía el juez en su primer intento de inculparla. La segunda imputación, la que la llevó a declarar, está relacionada con Aizoon, empresa en la que tiene el 50% de participaciones junto a su marido.

 

El juez estimó que "no se puede descartar en este momento la comisión del delito contra la Hacienda pública y, tal vez, posiblemente, de un delito de blanqueo de capitales, y que en tales ilícitos hubiera podido participar la infanta. (..) La infanta debería saber o conocer, y por eso abandona el instituto Nóos, que para entonces Aizoon era una sociedad pantalla y que su marido la utilizaba para defraudar a Hacienda tanto en el impuesto de sociedades (..) como de la personas físicas y que se ha enriquecido por contratos ilegales y dinero público por facturas giradas por Aizoon al Instituto Nóos. (..) Esas disposiciones de dinero sucio quizás podrían constituir un delito de blanqueo de capitales".

 

Cristina de Borbón ya había cambiado de abogado en aquel entonces. El despacho de Miquel Roca, uno de los llamados 'padres de la Constitución' y amigo personal de Juan Carlos, cogió las riendas del caso, dejando de lado al siempre cuestionado (sobre todo por la Casa Real) Mario Pascual Vives, letrado defensor de Iñaki Urdangarin.

 

Guerra abierta entre ex socios

Porque fuentes cercanas al caso siempre han culpado de la imputación de la infanta, precisamente, al abogado de su marido. Diego Torres, ex socio de Iñaki Urdangarin, pidió la desimputación de su mujer, Ana Tejeiro, algo a lo que Vives se opuso con fuerza. Este enfrentamiento despertó a la bestia, que había estado siempre observando vigilante cómo se desarrollaban los hechos. Si la mujer de Torres estaba imputada, la mujer de Urdangarin debía estarlo. Y todo esfuerzo sería insuficiente para conseguirlo.

 

Empezaron en aquel entonces a publicarse las famosas 'bombas informativas' con las que se amenazaba desde el entorno de Torres y que desestabilizaron a la Casa Real hasta puntos realmente críticos. Pero nada de lo que ha sucedido ha servido para que la infanta diera un paso y tomara una decisión: o desvincularse de la línea sucesoria (los nuevos reyes ya la despojaron de todo privilegio) o desvincularse de su marido.

 

Parece que ahora no tendrá más remedio que hacerlo. Las cosas han cambiado en Palacio y eso lo sabe, casi mejor que nadie, la hija díscola de los reyes Juan Carlos y Sofía.

 

@silviataules